Los ríos de gente habían llegado al Zcalo cuando la tarde era joven. Familias enteras buscaban su espacio, con las serpentinas, los globos, las caras pintadas con los tres colores nacionales,hasta que llegó ele momento en que ya no cabía nadie.
Claudia Scheibaum, la gobernadora decía a las 10 de la noche: hay 140,000 personas, mientras en Palacio, el presidente se preparaba a salir al balcón, con la banda presidencial, mientras en los balcones, los los invitados, los especiales Evo Morales, Mujica, la hija de el Che, el padre de Assange, esperaban el grito.
De pronto, como cada año, apareció bandera en mano ante la multitud el presidente de la República.Tomó la cuerda con que harían tañer la Campana de Dolores. La multitud eufórica tenía su momento estelar del año: El Grito de Independencia.. A cada Viva a los Héroes que nos dieron Patria, que repetían los miles de asistentes , ayer López Obrador, agregó fuera del protocolo: ¡¡MUERA LA CORRUPCIÓN, EL CLASISMO Y EL RACISMO !!
Los Tigres del Norte irrumpían, una vez más, mientras en las horas siguientes el pueblo cantaban al unísono las canciones de Vicente Fernández.
En todos los municipios del país, en todas las plazas, en los hogares, repetían el Grito del Presidente, de una nación orgullosa de su pasado, azteca, maya, olmeca, pero español, romano, griego, fenicio y musulmán, que llegaron incorporados con los españoles.
Una nación que reforzó, una vez mas, su unidad, y su proyecto al Nuevo México.