Quien no recuerda a aquel mujer delgada, elegantes, con bellas facciones y unos ojos y un sonrisa que nos cautivó. Una de las tres principales estrellas de aquella época de Hollywood, ganadora de todos los premios, victima de la segunda guerra mundial, sin la figura paterna que buscó toda su vida, británica para tratar de ser bailarina cuando irrumpe a sus veintitantos años en las pantallas y hasta hoy hizo felices a millones de personas, que tan sólo con ello valdría recordarla.

Pero es que esta joven, y extremadamente diferente a las demás de su época, en plena cumbre, se retira a los 40 años, entrega todo a una familia quizás por la falta que le hizo a ella, en su infancia, pero antes de los 50 se dedica por completo a que su fama, si imagen pudiera ser de utilidad, y se incorpora a la UNICEF de quien será presidenta.

Viaja por Asia, Africa y América Latina y entrega todo su cariño a todos aquellos miles de niños y niñas que solemos saber de ellos por los medios, pero ella se entrega lo que le restaba de vida a trasmitirles aquel amor, aquel cariño a aquellos niños.

En una ocasión, para sacar adelante un proyecto en Africa, se presentó como embajadora de la UNICEF en el Congreso de los Estados Unidos, y en una hora recaudó los 50 millones de dólares de aquellos años.

Y así, mientras tuvo vida. Nunca se quejaba de nada, iba a donde la necesitaban e incluso el cáncer en el colón que acabo con su vida a los 63 años, nunca lo trasmitió a nadie.

Falleció en en su bella finca de Suiza donde se había retirado a estar con su familia, con sus hijos, antes que se incorporase a la UNICEF.

Hasta anoche, en la 2, como siempre, puede saber la vida integra de aquella mujer de Desayuno con Diamantes, y su música incomparable.(Moon River)

Ante tanta deshumanización, Audie Hepburn, fue una mujer ejemplar, que en su paso por esta tierra hizo felices a tantos, ya en sus películas ya con los niños que mas necesitaban su sonrisa.

Nosotros, hoy, aquí en Gijón, la recordamos con cariño.