Para los que dudaban sobre la magnitud del triunfo de Marruecos. No sólo reavivó a la Naciòn Árabe, con sus millones(casi 1,500 millones), sino que, de pronto, al frente de la selección, en las manifestaciones en todo el mundo, una bandera estaba al frente: PALESTINA.
Y el inconsciente ha salido a la luz. No es un triunfo de una selección africana; no sólo es un triunfo de la Nación Árabe, sino que del fondo de los corazones de millones y millones, surge la herida que sangra desde 1947: LOS PALESTINOS, ante la preocupación de Tel Aviv, de Washington y la gran satisfacción de Mohamed bin Hassan, el jeque de Qatar que desencadenó todo.