Una vez, a lo largo de nuestra historia, los poderes fácticos, cuando sienten perder sus privilegios, tratan de silenciar la voz del pueblo. El método varía. Una cosa eran los fascismos del 36, y otra la Europa del 2022. Nadie quiere usar la palabra, sobre todo en este momento en que el pueblo español,percibe la realidad de una forma diferente al siglo pasado, pero en Europa no hay un sólo país donde,en democracia se le impida, al actor principal, el pueblo, expresado a través de un poder EL LEGISLATIVO, la base del sistema, hablar.
Lo de ayer fue de una extraordinaria gravedad. Por fortuna una parte mayoritaria del pueblo español, con serenidad, va a reconducir esta situación.Esa felicitación eufórica de Feijóo, Abascal, les va a pasar factura, en las urnas sean en mayo o antes.
¿ Se imaginan como nos ven “los paises de nuestro entorno”?. España, cainita, siempre lo mismo.