El 25 de diciembre fue a lo largo de la historia, hace miles de año, un día muy importante. Era el día que ya pasado el día con menos sol del año, el astro rey de nuevo empezaba a regresar.Y eso entre nuestro antepasados era vital. ¿ Y si no regresaba el SOL?.

El Cristianismo tomó esa fecha para ubicarla como el día del nacimiento de Jesucristo, que en el invierno en Medio Oriente no habría nacido, y desde entonces los cristianos, ya católicos, ya protestantes, celebran la Navidad, los 25 de diciembre.

Gracias a ello, tras el Covid, la Guerra en Ucrania, la crisis económica, ayer el mundo occidental vivió un día de alegría. La cena de Navidad, los preparativos, el cariño acumulado entre millones y millones, unos 1,800 millones de habitantes, montó una burbuja aislada, con lo mejor de cada uno. La alegría, las fiestas los abrazos ,las cenas, esta vez más caras, los regalos, el amanecer de los niños asombrados, han sido un gran bálsamo que continuará hasta el recibimiento del año nuevo: 2023.

Pero, cosa de los astros . nuestros guías, cuando, con gran miedo, nuestros antepasados su futuro lo sacaban de los astros y su observación, han traído preocupación a China, donde ante el miedo a las grandes movilizaciones por el fin de año nuevo LUNAR  en la provincia de ZHEJIDANG, con 64 millones de habitantes, cercana a Shangaui se han reportado 400,000 casos de covid en diciembre.

Y mientras, los  7 MAGNÍFICOS,  (SOL, LUNA, MARTE, MERCURIO, JUPÌTER, VENUS Y SATURNO) los 7 días de la semana en que Dios hizo al mundo en las tres religiones monoteístas, siguen imperturbables, sin saber que pasá a lo lejos de ellos.