Ayer empezó el proceso electoral para elegir Presidente y Congreso en los Estados Unidos. Como siempre lo hizo en Iowa, pequeño, pero siempre ilustrador. En gimnasios, auditorios, grandes centros, los norteamericanos a su muy particular estilo, único en el mundo, en discusiones entre la población, usando hasta las servilletas de restaurante, eligieron al republicano que se llevara los primeros 40 delegados para la convención.
Nadie dudaba del triunfo de Donald Trump, pero para éste sacarle 10 puntos a Di Santis, era un triunfo y le sacó 30 al gobernador de Florida. La euforia de Donald Trump ha sido exultante, como usted comprenderá..
Y se enfiló, el hombre que hizo campaña a su favor, que recaudo grandes fondos en cada uno de los juicios contra él, transformó la campaña en un triunfo electoral.