La mitad de los agricultores españoleas tienen más de 50 años de edad, y empiezan a ser presa fácil para los grandes grupos de inversión extranjera que han encontrado en los problemas del campo de España, un lucrativo negocio y están comprando grandes extensiones de tierra. La salida va hacia Cooperativas españolas que puedan competir o la entrada de los Fondos Buitres donde refugiarían sus recursos con grandes empresas monopólicas, más competitivas en las cadenas de producción.