Reiteramos a los amigos españoles, al hablarles del proceso de México, que cada pueblo tiene su prorceso y, que igual que España hoy, está sembrando el futuro, México también tuvo lel suyo. Hoy 10 de junio de 1971, en la ciudad de México, en RIbera de San Cosme, el gobierno de Luis Echeverría, asesinaba, a través de los llamados”halcones”(grupos paramilitares) a 101 jovenes, mujeres y hombre. Esta es la historia, vivida por el autor y publicada en aquel año en Granma y El Universal.
Trás la matanza del 2 de octubre de 1968, con el presidente Luis Echeverría que promovía la Reforma Politica, diez días antes, tira, ilegalmente al rector de la UNiversidad de Nuevo Léon, y provoca un huelga de los estudiantes universitarios.
Enterados de ello Salvador Martinez della Roca, dirigente de la UNAM y el autor dirigente de la Ibero, nos reunimos en el café de la facultad de Ciencias, donde estudiarían los padres y ella misma, la presidenta Claudia Sheinbaum. Era media mañana. Decidimos, por supuesto ayudar, pero con poca fuerza tras 68, penamos que había que amenazar con una movilización en la capital para apoyarlos. Saqué mi agenda y saque el 10 de junio, sin saber que era Jueves de Corpus, y anunciamos a través de los medios, que “si para el 10 de junio no se restauraba al rector, saldriamos a las calles”. Firmamos, Salvador, El PIno, y este autor.
El sábado, dos días después, resuran al rector y nos pusimos en contacto con los dirgentes de NUevo León y coindieron con nosotros: NO tenía sentido la marcha POR QUE YA HABIAMOS GANADO.
Pero el lues 7, se reunieron todos los represetantes, sobre todo de las prepas en Santo Tomás.Y el autor fue claramente derrotado. ” Aquí no ganó nadie, esa es una pugna interburguesa” y se mantuvo la marcha, que saldría de Santomas hacia el Zócalo.
En Vértiz, Heberto y los dirigentes del 68, recien regrados de Peru, que ayudó a su liberación, esperaban. Rafael, aunque no estaba de acuerdo y habia perdido la votación, decidió ir a la marcha.
Llegó en su volchito, que estacionó en el estacionamiento del hospital Ruben Leñero, y caminó. Estaba clara la trampa. la marcha iba a recorrer la calle que delimitaba la Normal de Maestros, con dos bocacalles, ya cerradas por la policia y en Ribera de San Cosme, la gran avenida donde se giraría a la iozquierda estába tomada por la policia.
Se lo comenté al principal dirigentes del 68, GilbertoGuevara Niebla, y ambos nos dirigimos a los organizaddores, quienes mantuvieron que ” no habia ningún triunfo y que la marcha se haría”.
Caminamos hacia un parque cercano y encontramos a los “halcones” grupo paramilitar, con el pelo muy corto, de 20 años y el olor a droga se sentía de inmediato.
La manifstaciòn empezó a las 5 de la tarde. Al frente, en segunda fila iba el autor. Al llegar a Ribera de San Cosme se encontró con Jorge Belarmino, su hermano, se saludaron y Jorge entró al contingente más atrás con su grupo.
Al dar la vuelta, nos encontramos con el frente policial, pero desde dentro de ellos, con M1 y varas de bambu, saliron los halcones disparando. Por supuesto corrimos como pudimos hacia la dirección opuesto, rogando que no nos llegase un tiro y tuvimos suerte, Varias calles más adelante en el Cine Opera, Rafael habló a Vértiz para preguntar por Jorge su hermano, sin noticias.
SE diriigió al Ruben Leñero y ahí se percató de la magnitud de la agresión. En 20 minutos habían llegado 30 ambulancias. Había que tomar nota de cada uno y su estado y eso se hizo. De pronto, silencio sepulcral.: en la puerta del hospital 5 halcones con sus M1,
El hospital tenía dos partes que se unían en el segundo piso en un coredor de vidrio,Cuando pasaban 10 minutos y todos estaban protegidos, médicos, enfermeras, estudiantes, nos asomamos por el cristal y vimos a los Halcones dirigirse al hospital.
Medicos y enfermeras, a otro compañero y a mi, nos desvistieron y nos pusiero ropa de hospital, pero eramos, pelo largo y buen color, con seguridad ninguno de los enfermos.
Ese día, pensó Rafael que era su final. Eran las 6 y medio de la tarde de aquel 10 de junio de 1971,Pero no fue así. Los halcones entraban en la otra parte del hospital, entraban a los quirófanos, mataban a los heridos, pero no llegaron donde estabamos.
¿ Cómo era posible que el presidente, con quien habiamos luchado,con su ayuda en Los PInos en el movimiento tabacalero que encabezabamos, aquel tarde de domingo ante la British American Tobacco, no supieramos lo que estaba ocurriendo en esa parte de la ciudad.
A las 8 de la noche pedí a un medico y una enfermera, ayuda para salir, por que en los desplegados de los diarios aparecía con el Pino. el convocante. Nada, nos respondieron tras recorrer el hospital: el Servicio SEcreto hbaia tomado el control del hospital.
Más tarde, dos horas después de que habían cesado los tiros, volvimos a insistir, y aquel medico y la enfermera nos diigeron al otro compañero ya mi: Vistanse vamos a intentar sacarlos. Sin un calcetín, con la Cazadora de piel comprada para ver un año antes a Salvador Allende en Santiago de Chile, caminamos en el silencio.
De pronto, como dos roperos vemos a dos agentes, que nos preguntaron a donde ibamos y, el puro instinto, como en Oviedo con el Comisariop Ramos en 1965, les dije, muy serio: ” Estamos buscando familiares y no estén chingando”, y funcionó. Asi salimos al estacionamiento, nos subimos a nuestro Volchito y nos largamos y no paramos hasta llegar a la avenida Insurgentes, donde vimos, salvadores, los Caldos Zenón, famosos en las noches para las crudas.
Llamé a mi padre. Jorge estaba bien, pero ya habia ido la policia para detenerme.
Dormi en el hotel donde mis padres, en Diagonal de San Antonio y Cuhtemoc, habían celebrado sus 25 años de casados, con el mismo menú que aquel 5 de junio de 1937, en Arenas de Cabrales.
El principal locutor, al servicio del sistema, Jacobo Zlabudovsky,a través de Televisa, indicaba que se buscaba a Rafael Fernandez Tomás, culpable de la muerte de 3 policias, que habían repelido la agresión.
Gracias a la querida hermana de Fernando Claudin y su esposo, compañeros del partido comunista español, nos refugiamos unos días, hasta que Echeverría termino su jugada. Renunciaba el regente del D:FF, que quería eliminar de la suesión, tras haber golpeado a los estudiantes y ajustar cuentas con aquel Elizon el gobernador de Nuevo León.
En Ciudad Universitaria, a difrencia de 1968, se había creado un libro blanco. Los familiares, los que sabían algo, habían recabado los nombres de los fellecidos 101, de los halcones de los generales, de los campos de enrenaminto.
Ealy Ortiz, director de el Universal le ofreció una pagaina entera para qu fuera vocera de los estudiantes, y Heberto me lo pidió a mi. Así en el Universal en junio del 971, ante el Titulo, EXIGIMOS CASTILLO POR LA MUERTE DE NUESTROS COMPAÑEROS, y ahí se publicaron los nombre.
LO trasmito en respeto y recuerdo a las y los 101 jóvenes, que con los cetenares de caidos en Tlatelolco, abonaron la tierra para que 2018 surgiera, bajo la dirección de aquel lider quelucho 30 años, y donde el autor y miles y miles más, fuimos una parte de los “sin nombre, que luchamos y dejamos en herencia a nuestras hijas y nietos la Cuarta Transformación.
Así son los partos. España está en medio de un proceso, hcaia un paro que será doloroso, pero del que surgirá la nueva sociedad.