Pero Carlos III enfrenta otros problemas. El Brexit, la inflación de 2 dígitos y el riesgo de una recesión que crearía problemas económicos y sociales. Hoy, en plenos festejos, hay cuatro huelgas suspendidas por el luto, pero vivas, que continuarán con muchas más y los corresponsales que narraban todo lleno de flores, algunos han dicho que las de Balmoral a Edimburgo fueron puestas por el propio Carlos III, y que en Londres hay amplias zonas sin flores,toda vez que se ha dicho hoy que sólo el 31 % de los jóvenes apoyan a la monarquía, y esa encuesta fue tomada con la “abuelita de todos, Isabel II”.
Carlos tanto lo anheló, que sabe perfectamente que lo que le heredó la madre, puede irse derrumbando paulatinamente y cuando se sepa en el Reino Unido lo de los 28,000 millones de dólares que son de los ciudadanos, y las inversiones de la familia Bin Laden y el Jeque de Qatar, y los millones de dólares entregados, para su ” fundación” a Carlos III, lo que tiene por delante.
¿Quisiera estar en su piel, sobre todo cuando empiece a desgastarse y no quede más que la figura de su hijo Guillermo?.
Esos son los finales de todos los imperios a lo largo de la historia.