Giorgio Almirante fundador del partido neofascista Movimiento Social Italiano en 1948, se presentó un día en el funeral de Enrique Berlinguer el lider del Partido Comunista Italiano y ante el asombro de los centenares de miles de asistentes, la frase corrió como reguero de pólvora: “Vino Almirante, vino Almirante”.Era un “hombre bueno”, respondió aquel hombre.

Carismático, se reunió tras el asesinato de Aldo Moro, varias veces con Berlinguer para buscar una solución para italia aunque estaban en las antípodas en su ideología..

Tenía 16 años cuando aquella muchacha, que había nacido en el barrio obrero de Almirante, de 1.63  de estatura, ojos claros y mirada profunda, ya tenía como su referente político en su despacho a Don Giorgio.

Contundente en sus ideas y pensamientos, los dos, seguidores del fascismo de Mussolini, fueron la clave para que la semilla que él sembró, floreciese en todo su esplendor en Roma, la ciudad eterna, como la primera mujer que ganaría las elecciones al frente de su partido (Hermanos de Italia ), quizás la próxima primera ministra del gran pais que es Italia.

Verbo fácil, fuerte oradora había dejado en el camino al gran Matteo Salvini y al gran Berlusconi, nada más.

Nuestros respetamos a esa joven mujer. Podemos estar en las antípodas del pensamiento político, pero la congruencia de Almirante en aquel momento y de ella con sus ideas, son respètables..

Por supuesto va a abrir una nueva etapa no sólo en Italia, sino en toda Europa.

Por supuesto quien en este momento tras el almuerzo en Nueva York, brinda por ella y su triunfo, es Donald Trump.