Lamentamos la tristeza del pueblo español, pero se veía venir. Hay que ser más humildes, dejar a Pelayo a un lado como se sentía hoy Luis Enrique, e ir a la realidad.Marruecos tenía el mejor equipo de su historia, es campeón de Africa, pero…..España, para ellos, era punto y aparte.
Nos olvidamos del monarca,con sus 40 palacios, su servidumbre personal, el trato que le da a sus “súbditos”, y nos vamos a los rincones de un pueblo que anhelaba, no sólo pasar a cuartos, sino derrotar a España, y además con una amente más fría y serena, en penalties.
500 años después lo consiguieron.