Como pasa en España con el fútbol, en los Estados Unidos el béisbol desde marzo hasta junio, llena los estadios de todo el país y en el otoño e invierno todos se concentran en el fútbol americano. En la esfera de México, tanto el béisbol como el fútbol americano, son los deportes que se viven con intensidad, al grado de quienes nacimos crecimos allí, los Yanquees de Nueva York, los Dodgers de Brooklyn era parte de nuestra pasión y en el fútbol americano los Vaqueros de Dallas o los 49ers de San Francisco era motivo de dejar todo los domingos.
En México, la NFL, estiman que en México hay 50 millones de “hueso colorado” seguidores de ese deporte.
Al terminar la temporada entre la liga Nacional y la Americana, se juega en Febrero, desde hace 58 años, el Superbowl(Super Tazón), máxima audiencia cada año en los Estados Unidos.
Este año, dos de los principales equipos del Jefes de Kansas City y los 49ers de San Francisco, se enfrentan.
El nivel de la audiencia es tal que en las cadenas de televisión 30 segundos de publicidad cuestan 7 millones de dólares.
Messi anuncia una cerveza.
En el fin de año de 1958/59, estábamos de intercambio Carlos mi hermano y yo, en Washington, cuando viendo el partido de fin de año, apareció de pronto Alan Bernstain (vivíamos en Chave Chaise donde se mudó huyendo Undargarín), excitado: ” Acaba de huir Batista”.
El calor del Caribe llegaba a aquellas heladas calles de Washington con 25 grados bajo cero, sólo menor al que vivimos en Moscú años mas tarde con aquellos 29 grados, donde en el Kremlin, Breznev casi atropella a este autor dentro del gran palacio de los Zares, a un lado de la descomunal campana que los zares quisieron instalar en San Basilio, cuna de los ortodoxos, y que yace con 3 metros de alto fracturada, como adelanto de lo que iba a pasar con los zares y la URSS.