La reunión de ayer entre Zapatero e Ibarretxe dio para poco. Presidente de Gobierno y Lendakari se dijeron a la cara, suponemos, lo que ya se habían transmitido por los medios de comunicación. Quizá, a la hora de comentar, se aprecian dos cosas interesantes que bueno sería resaltar. La primera fue esa manía que han adquirido algunos (Lendakari a la cabeza) de comparar el proceso de Irlanda del Norte con el País Vasco. Resulta sorprendente que una provincia a la que se le suspendía la autonomía política al mínimo traspiés, estaba invadida por el ejercito inglés y, encima, tenía tras de sí un conflicto religioso; pueda ser homologable a la mayor autonomía de Europa. Recordemos que, hoy por hoy, ninguna región europea, ni siquiera los “Länder” alemanes, gozan de tanta capacidad de autogestión. Por tanto, cuando el Lendakari nos habla de un pacto a lo “Downing Street” resulta cuando menos absurdo, puesto que, allí, se sentaron las bases para una normalización política que en Euskadi ya se da de sobra. Pues bien, la segunda parte vino por el argumento utilizado para justificar el diálogo sobre su referéndum. Dijo, “Si el Gobierno se ha sentado con ETA, ¿por qué no lo iba a hacer con nosotros?”. Y quizá, ahí, esté uno de los mayores errores del Ejecutivo: dar la imagen de que con la banda terrorista se podían negociar cuestiones políticas. Ese ambiente que se creo sobre lo de las dos mesas, una política y otra para cuestiones terroristas, dañó tan profundamente al Gobierno que, ahora, fracasado el plan, se lo echan en cara. En fin, seguimos igual.