Este fin de semana me ha llamado particularmente la atención una noticia. La misma, cómo no, venía desde el inefable ministerio de Vivienda que, parece ser, se ha convertido en una especie de tómbola que reparte dinero público. Ahora, según el último anuncio de la Ministra, va a contribuir con 6.000 euros por para cada piso que los promotores no hayan podido vender. O sea, que una vez pasado un año y si, por la crisis inmobiliaria, el inmueble sigue en venta, le subvencionarán con esa cantidad para que lo pase al régimen de alquiler. A esto, hay que sumar que se podrá transformar la vivienda en VPO para así facilitar su venta y acogerse a todos los beneficios que ésta ofrece. Pues bien, está claro que el Gobierno tiene pavor a que el sector se desplome antes del 9 de marzo. Si eso pasase, esto es, si viésemos un crack en toda regla de más de una gran inmobiliaria tal y como señalan algunos rumores; sería bastante complicado de afrontar por su parte. Además, se hace necesario señalar que, el susodicho organismo, ha cerrado así el círculo y, prácticamente, cualquier ser con presión arterial tiene derecho a una subvención. Hace poco veíamos como, generosamente, éstas llegaban a los jóvenes en forma de ayudas al alquiler de 210 euros mensuales. Pero, por si esto fuera poco, tiene planes para familias que ganan hasta 30.000 euros, con lo cual, francamente, actúa como toda una madre protectora que cuida de sus hijos. Bien, yo pregunto, la desaceleración de los precios, ¿ha sido por obra del Ministerio o por el propio mercado al bajar la venta de inmuebles? Juzguen ustedes.