La Ley de Cambio Climático obliga a 149 municipios de más de 50.000 habitantes a poner en marcha las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Ya saben, áreas donde la circulación está muy limitada y bajo férreas restricciones. El pasado uno de enero solo dos (Sevilla y Zaragoza) lo habían hecho. Eso sí, de manera muy tímida y sin mayores complicaciones. Por ejemplo, en la capital andaluza la han puesto en práctica en La Cartuja donde apenas hay coches, mientras que la aragonesa se ha limitado al casco histórico. Esto es, siempre actuaciones sobre superficies bastante limitadas. Asimismo, en ninguno de los dos casos se impondrán multas, ni las prohibiciones serán efectivas de momento. Tenemos, pues, una ley que ha naufragado. En su inmensa mayoría, los Ayuntamientos no han sido capaces de poner en marcha las ZBE. Entre otras cosas, porque temen que suceda lo mismo que en Madrid y Barcelona con anulaciones judiciales, además del propio rechazo ciudadano. Es decir, que no se entienda la pléyade de cámaras, sanciones y controles que esto conlleva. A la postre, no quieren soportar un cabreo generalizado.

En Gijón, tenemos el caso de La Calzada donde se está a punto de adjudicar el proyecto. Ahora bien, con serias dudas sobre su eficacia. Dicho de otra forma: no tiene mucho sentido una ZBE, hasta que el resto de las medidas medioambientales se pongan marcha. Hablo de una siderurgia verde que tiene pendiente una inversión multimillonaria o el vial de Jove que debería eliminar el tráfico pesado. Díganme, por tanto, para qué necesitamos por el momento prohibir la circulación del vehículo privado, si los principales focos de contaminación siguen estando ahí. Salvo, claro, que tengamos que gastar los fondos europeos. A La Calzada le seguirá el Centro, como así se establece en el Plan de Movilidad. Bastante peatonalizado y cuyos indicadores de polución no son ni mucho menos los más altos. Para eso, como digo, tendríamos que irnos a los barrios de la zona oeste. Luego, posiblemente, irán Cimavilla o El Coto. En definitiva, comparándonos con estas ciudades de tamaño muy superior a nosotros, implantaremos zonas de bajas emisiones amplísimas. Poco o nada nos importa que los demás se lo estén tomando con precaución, ya que todos sabemos de sobra bajo que premisas se ha formulado la movilidad en esta legislatura. Cosas como que los tres carriles de Pablo Iglesias son una autopista y lindezas semejantes.

@balbuenajm