Hace no mucho las relaciones entre inquilino y propietario se basaban en la negociación. Un arrendatario le podía exigir a su arrendador cualquier reforma o mejora y, por lo menos, se lo pensaba. Dicho de otro modo: no quería perder el alquiler, sobre todo si pagaba correctamente. «Oiga», le decía al dueño, «si no me […]