Hasta mayo de 2023 (fecha electoral) la remodelación de El Muro era el tema estrella. Los partidos políticos presentaban su propio proyecto, destacando el de Foro con un ambicioso soterramiento. Todo ello, venía a cuento por la chambonada del «cascayu». Ya saben, aquel pintarrajeo infame de tan icónico lugar que se le ocurrió al anterior equipo de gobierno municipal. De aquella, nuestros actuales gobernantes insistían en que era posible esa obra faraónica, en una ciudad a la que los túneles se le atragantan. Solo hace falta ver lo que pasó con el del metrotrén (sin uso desde hace 18 años) o más recientemente con el del vial de Jove (que nunca tendremos). Por tanto, soterrar El Muro era un proyecto difícil de creer, incluso para los votantes del partido de Carmen Moriyón. De hecho, fue llegar al poder y ese San Lorenzo subterráneo se difuminó. Ya no era tanta la prioridad y el compromiso se rebajó hasta al mínimo. Es decir, estudiar su viabilidad y punto. O sea, que nunca se va a ejecutar y esos estudios técnicos consignados en los presupuestos con 100.000 euros, acabarán en un cajón. Sin duda, a nuestro Ayuntamiento ahora le hace más ilusión la ampliación del parque tecnológico o «Naval azul», que meterse en una mega infraestructura imposible de afrontar a nivel local. Por eso, no sé para qué se va a gastar esa cantidad de dinero en algo que ya nace muerto. El soterramiento de El Muro no deja de ser una promesa electoral que se quedará en el limbo, igual que sucedió con muchas otras. Dejémoslo ahí.
@balbuenajm