Por lo que sabemos el Ayuntamiento ya ha registrado su solicitud de cara a la obtención de fondos europeos para la rehabilitación de la plaza de toros. Eso sí, mucho más no podemos decir ya que casi todo está por decidir. Esto es, no existe un proyecto que soporte esta petición de financiación, sino que se espera hacerlo al revés. Es decir, la futura obra tendrá que amoldarse a las bases de la convocatoria europea. O sea, si dicen que financian la adecuación para una instalación de un parque acuático en su interior -por poner un ejemplo estridente- igual hasta lo montan. Incluso ni se garantiza que finalmente vaya a ser cubierta, como siempre se dijo con el fin de establecer una programación cultural más allá del verano. Al menos, eso fue lo que nos vendieron cuando se decretó su cierre como coso taurino en agosto de 2021. Es más, la tormenta de ideas sobre el plan de usos de El Bibio promete ser intensa. El director general de Obras Públicas y Proyectos, Pedro Guerra, nos dice que «Alguno de los objetivos puede que ni a nosotros se nos pase por la cabeza». Miedo me da. Suena como cuando se hablaba del edificio histórico de Tabacalera para sede de las charangas de carnaval. En fin, no parece muy maduro eso de saber qué hacer con este Bien de Interés Cultural (BIC). Más o menos, lo mismo que sucedió con su seguridad. Al final, después de dejar la plaza en estado de abandono por hundimientos en su gradería, resulta que puede ser incómoda, pero de ningún modo peligrosa. Sin duda, a muchos nos gustaría tener un grado mayor de certeza sobre el futuro que le espera. De hecho, lo único que parecen tener claro es que el «Euro Bibio» (llamémoslo así) no volverá a albergar corridas de toros. Oigan, cumplido aquello de «Se acabó la Feria de Begoña», porque pasaría a ser un ágora. El ágora de «Feminista» y «Nigeriano».

@balbuenajm