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Manuel Rosety

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Los sabores de la Copa

Desde el cambio de sistema en la Copa del Rey, el Sporting sólo tuvo un año de buen sabor, en el que superó dos eliminatorias. Fue en 2001, con Acebal en el banquillo y el ‘guaje’ Villa en el campo. El Oviedo, recién descendido y con aires de grandeza, y el Alavés, de Primera, cayeron con claridad en El Molinón. El 4-2 a los azules estuvo acompasado de un repasito futbolístico como el que se le dio al Poli hace una semana. Son cosas que no se olvidan. El resto fue una Copa desparramada en la primera ronda.

El año pasado, en Cádiz, hubo un ingeniero del silbato que se encargó que quitar a los rojiblancos del medio. Parecía que con tantos cambios, Preciado había dado la Copa por perdida, pero no fue así. Ahora, ante la visita a Motril, el entrenador rojiblanco anuncia que no va a tirar una competición tan bonita. En cualquier caso, dígalo quien lo diga, la Copa del Rey se convirtió en una competición de segunda fila, que hasta los grandes dejan de lado.

El partido va a servir para calibrar a los teóricos reservas. Porque este año sí hay titulares y suplentes, según se vio en los primeros partidos oficiales. De todas formas, el ejemplo de Jorge marca el listón de cómo se encuentran esos teóricos suplentes, que piden paso y amenazan a los titulares. En Las Palmas se comportó como un titular más.

El inconveniente de Motril es el campo. Tanto el terreno, en mal estado y de reducidas dimensiones, como las gradas. Es un campo de Tercera o apañadito para Segunda B. Es incongruente que la Liga Profesional haya defendido y dado el visto bueno a estas instalaciones, con detalles que no se cuidan. En este aspecto, Astiazarán y su tertulia lo único que valoran es la Liga de sus Estrellas.

En cualquier caso, el partido va a tener su emoción y en la planta noble de Mareo se sueña con la visita de un Primera a El Molinón, por aquello de mejorar las arcas. Pero lo que importa es ganar el próximo domingo al Elche de mi amigo David Vidal, que, dicho sea de paso, sabe un rato de fútbol. Muecas aparte.

PD.: Mención especial para la actuación de Diego Castro en Las Palmas. En dos semanas habrá que hablar de la renovación pendiente. Acaba contrato en junio. Sería conveniente encontrar pronto la solución, antes de que le lluevan las novias. ¿Qué pensarán ahora en Málaga, donde lo dejaron irse libre?

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El universo rojiblanco tal y como lo vive su principal cronista


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