Después de una semana de vacaciones informáticas tengo la satisfacción de reencontrarme con los amables seguidores de este blog, en unos días en los que hubo turbulencias rojiblancas, con una resaca que durará hasta el domingo a las seis de la tarde.
Vaya por delante que el partido del Trofeo Principado no debió celebrarse esta semana, sino en la pretemporada, pero fue una imposición de la Dirección General de Deportes, que provocó tensiones entre el cuadro técnico del Sporting y el consejo. Preciado no quería este partido una vez iniciada la competición, pero Vega-Arango es sumiso a los compromisos de Álvarez Areces, valedor de Fernández. ¡Vaya triángulo! El ingeniero de organización que diseñó el partido para un miércoles de Champions, con los festejos del Día de América en Oviedo, deben darle dos medallas. Una, por si la pierde. El fracaso fue hasta premeditado, aunque el objetivo se cumplió, porque el presidente regional pudo alzar la copa para dársela al campeón en un feudo del partido rival, lo que fue proyectado por todos los medios informativos. Cosas del marketing político.
Al margen de la incompetencia de los organizadores, el Sporting ofreció una imagen lamentable y los suplentes se empecinaron en demostrar su estado de grada o de banquillo los fines de semana. Aquí no hay disculpas que valgan. Ganó el orgullo al pasotismo. Lo menos que se puede pedir a unos profesionales, como los del Sporting es que pongan casta en los partidos y más cuando se trata como el del miércoles, en el que las gradas del Carlos Tartiere estaban equilibradas de seguidores, con tantos rojiblancos como azules.
Los que fueron alineados el miércoles tendrán que pagar peajes en las próximas convocatorias. La indolencia no puede permitirse, sin que Preciado pueda escurrir el bulto que le corresponde. A ver cómo compensan a la humillada afición rojiblanca. Para el espectáculo dado, mejor hubiera sido llevar al filial o a los juveniles.
Hasta ahora, las dos pruebas del míster cántabro con los suplentes tuvieron un saldo negativo. El de la Copa, en Motril, cuesta dinero por la eliminación. El del Carlos Tartiere tiene un efecto adverso en la afición y creó un monumental mosqueo en la planta noble. Ojo, porque puede ser el principio de una tensión entre los dirigentes y el cuadro técnico.
Como bien dice el defensa Jorge, el Oviedo sigue en Tercera y no le saca tres puntos al Sporting, aunque el equipo azul debe ser felicitado por el triunfo del miércoles.
Lo que le importa ahora a los rojiblancos es el Albacete. Los titulares deberán demostrar porqué son los elegidos cada domingo.

PD.: Felicidades a los numerosos oviedistas que visitan este blog y a los que agradezco sus respetuosos mensajes. Están en una semana de celebraciones con San Mateo y el Principado. Sólo les queda el Avilés.