Pasados los episodios de la semana, que provocaron que corrieran ríos de tinta, el partido del domingo devuelve al fútbol a la realidad, que se llama Albacete. El equipo manchego es el colista, pero el vestuario de Mareo no lo tilda como tal. El conjunto albacetista va a venir con el autobús en la portería, necesitado de puntos y con ánimo de guardar la ropa. Si luego puede nadar, mejor.
Un buen ejemplo es el de la pasada temporada. El Albacete vino a El Molinón con un estilo defensivo. Llegó una vez a la portería de Roberto, lo sorprendió y en el resto del tiempo se dedicó a encerrarse en su cueva, para conservar la entaja. No deja de ser una táctica que entra dentro de lo que es el fútbol. Lo del espectáculo es otra historia. El aburrimiento lo sufrimos en El Molinón hace tres años, como ejemplo de lo que no debe ser el fútbol, al menos dentro de la ideología de la afición rojiblanca. Pero eso les importa poco a los entrenadores visitantes.
Mañana habrá que tener paciencia. La garantía es que jugarán los titulares, que, hasta ahora, son los que marcan la diferencia en este Real Club, que sigue a la espera de encontrar el mirlo para la delantera. No importa que sea blanco o negro, pero Barral necesita un respaldo o un sustituto. Dada la situación del club, Karanka va a jugar lo justo y la única alternativa que queda es Omar, sancionado para mañana, salvo que Preciado reconvierta a Kike Mateo como ariete específico.
El problema es el gol, pero eso pasa en todos los equipos. Mañana, cuando antes llegue, mejor, pese a la táctica ‘antibarral’ del Albacete.

P.D.: Aunque todos tenemos nuestra alineación, la que vale es la de Preciado, que es el que mejor conoce el estado de los jugadores y lo que más conviene para cada momento. Radio Marbella y sus cronistas más relevantes excrementan fuera de la pota.