Se acabaron las esperanzas que tenía Preciado de contar con Congo esta temporada. El colombiano vio cumplido su deseo de jugar en Primera o, por lo menos, de pertenecer a una plantilla de un equipo de Primera División.
Después de estar callado todo el verano, huido de los medios de comunicación, de los dirigentes del Sporting y hasta de su amigo Preciado, a quien califica de padre deportivo, el colombiano ha abierto la boca en Onda Cero para explicar que no engañó a nadie y que hizo lo que se había propuesto, que era apurar al máximo para jugar en Primera, como había explicado a los dirigentes rojiblancos.
Sin embargo, hay cosas que no cuadran. Cuando el luanquín Roberto Muñiz entabló contacto con Congo, en el mes de junio, le ofreció la opción del Betis, pero el colombiano negó conocer al citado intermediario. Qué casualidad que fue quien lo colocó en el Recreativo, después de haberlo ofrecido al Getafe, Espanyol y Deportivo, sin respuesta afirmativa de los clubes.
El colombiano puso a parir a José Torres, que debe ser una mezcla de pardillo y aprovechado, ya que sólo había tenido un contacto durante el verano. Lo extraño, es que Congo no haya advertido a sus amigos del Sporting que el citado Torres era un impostor. Optó por el silencio,porque era la forma de respetar al club, dice. No es entendible la explicación que permitir un engaño sea una forma de respetar al engañado.
Paralelamente, permitió que Gelu Rodríguez negociara con otros clubes, caso del Tenerife, Córdoba, Elche, Hércules y Nástic, hasta que se metía Torres por el medio, ya que el intermediario gijonés estaba en la creencia de que era el representante legal de Congo. El colombiano nunca se lo desmintió, pese a que con Gelu sí hablaba, al menso hasta que a mediados de agosto también lo retiró de sus comunicaciones. Pero, cuando no hablaba con nadie del club o de sus representantes, Congo conocía a la perfección el contenido del contrato que no llegó a ver y de la amenaza de retirada de la oferta que Vega-Arango no llegó a comunicar a sus interlocutores, entre otras cosas.
Si Congo quería jugar en Primera, su postura es respetable al máximo. Lo que no parece normal es que cuente las verdades a medias, según le convenga. Que tenga mucha suerte en su nuevo equipo, que lo tiene a 50 kilómetros más lejos de Valencia que Gijón, si es verdad la explicaciòn que se filtró en junio de que el jugador solía ir a Valencia después de los partidos de casa, en coche, a ver a su novia, que no podía venir a Gijón, porque no sube sola a un avión. De esas fantasías no creo que participe el colombiano.
Aquí,Congo ya es historia pasada. Sólo queda para las estadísticas y para recibirlo cuando venga a recoger su Molinón de plata. Que es suyo.
PD.: ¿Mantendrá el señor Fernández que Congo es el único jugador que merece la pena de este Sporting que es tercero en la clasificación?