El Sporting dio la talla en Soria. El equipo de Preciado demostró lo que ganó en seriedad defensiva, sin perder vistosidad ofensiva, aunque Diego Castro y Kike Mateo no hayan estado esta vez a la altura sobresaliente de Matabuena, Gerard, Míchel o Barral.

Las incorporaciones de esta temporada dieron al equipo una consistencia que permite soñar. Al menos, el futuro puede verse con un moderado optimismo ante la llegada de un mes y medio que va a ser duro y que podrá marcar el listón al que puede llegar este Sporting. Después del Hércules y del Racing de Ferrol, los rivales serán los tres recién descendidos y el Málaga. Será cuando pueda analizarse de una formas más certera cuál puede ser el liston del Sporting esta temporada.

Particularmente me gustó el equipo en Soria, ante el que era segundo clasificado, pero destacaría una individualidad sobre el resto: Matabuena. El santanderino es algo más que un trabajador incansable, con una concentración y una dedicación total durante los 90 minutos. No se limita a recuperar balones y a zafarse de los contrarios para manejar la pelota. También empuja al equipo y busca prestar el apoyo ofensivo. Además de la fenomenal labor que realiza Matabuena, otro que gana con su presencia en el campo es Míchel. Si contra el Elche no estuvo a su altura, en los dos últimos partidos ya parece haber metido la directa.

La situación invita a la celebración y también a pensar en lo mejor para el futuro más inmediato, aunque con los pies en el suelo. Sólo transcurrieron siete jornadas, pero las diferencias empiezan a notarse y las estadísicas están para algo. Creo que este año, el equipo tiene una solidez y experiencia que era lo que faltaba en épocas anteriores. Estamos ante el mejor Sporting de los diez últimos años, el que puede hacernos disfrutar o prolongar lo que ya empezamos a saborear. Sólo falta un sustituto o un compañero de línea para Barral. En diciembre debe llegar y con el aumento de la masa social, el dinero no debe ser un obstáculo, dentro de un orden, aunque el gaditano está que se sale. Aumentar todos los apoyos sería importante, tanto como tapar cuanto antes las fisuras internas.

La que no falla es la afición. En Soria, un sábado y con televisión, la marea rojiblanca se dejó notar con cerca de un millar de rojiblancos. En Alicante, a 900 kilómetros, también habrá algunos, pero en San Sebastián va a ser una invasión.

PD.: El arbitraje de Mateu Lahoz no tuvo repercusión, porque el 0-2 maquilló sus errores, pero me pareció un árbitro malo y tendencioso. Rogaría a mi amigo Díaz Vega que haga todo lo posible para que no nos lo vuelvan a mandar. Aguantarlo es un sufrimiento.