En setiembre iban a dar comienzo las obras de remodelación de El Molinón. El siguiente retraso era para diciembre. Luego, para febrero. En marzo seguro que iban a iniciarse. El 7 de abril fue la nueva fecha elegida. Y a 24 de abril no está el proyecto presentado aún en el Ayuntamiento, que, dicho sea de paso, creo que se lo toma con mucha calma.
El concejal de Deportes dijo la semana pasada que estaban haciendo prospecciones, o sea, agujeros para estudiar el subsuelo. A lo mejor buscan petróleo. En el Sporting nadie sabe nada. Se sospecha que empezarán enseguida, pero la Ruta de El Molinón, empresa que ganó el concurso, sólo presentó maquetas y paseó arquitectos por el campo. La obra de vestuarios va a durar, por lo menos, dos meses. O no acaban la Liga los actuales, sin que se tengan previsto alternativas, o no empiezan la próxima temporada, también sin alternativas conocidas.
La empresa que disfrutará de la mayoría de los bajos durante 40 años gestiona inquilinos para los locales, pero a unos precios que parecen tener rechazo de los empresarios gijoneses de hostelería.
Me cuenta un topo de Mareo que en el Sporting no se descarta que no se haga la obra. El problema es el presupuesto. El estado ruinoso de El Molinón obligará a una inversión millonaria en una estructura vieja. Pero en el club no hay inquietudes en este asunto.
Lo que nunca dijeron es que la esquina del fondo Norte con el Lateral Este se vendió para publicidad y se desalojó el público por peligro de hundimiento. Esto se comenta con la boca pequeña por Mareo, sin que nadie se atreva a decir nada públicamente por si cabrean a la señora alcaldesa o a los ediles de más peso.
Si el año que viene el Sporting está en Primera, se encontrará con un campo obsoleto y con un aforo propio de localidades como Almendralejo, no el que hace falta. A este paso, tardaremos en ver El Molinón como se merece, tanto su afición, como la ciudad. Vamos a tener un nuevo Escorial, aunqueo sin categoría, pero, eso sí, sin gastar un duro. ¿No habrán pensado en llamar a Manolo y a Benito? Para una chapucilla, les hubiera salido más barato.
Por cierto, me dicen que Susana de la Rubia, funcionaria a la que culpan del retraso del centro de talasoterapia de Poniente, va a fichar por la Ruta de El Molinón para las obras del campo. Me dicen que es especialista en retrasos y aplazamientos. ¡Lo que faltaba!
PD.: Las peñas son mayores de edad. Hay unas elecciones democráticas. Si unas no quieren a Pepín Braña, tendrán la posibilidad de elegir a Maxi Vázquez, el de la Peña Edujor de Mieres. Y a quien le guste el equipo del actual presidente, pues que le vote. Aquí no se trata de encontrar gente joven, ni vieja, sino capacitada y sportinguista. Eso tienen que decidirlo las peñas federadas. Lo peor que le puede suceder a Maxi es que sea la facción de ‘Pepin no’, en lugar de la suya propia.