Las obras de remodelación de El Molinón parece que se complican. La empresa concesionaria sigue a la espera de que se desalojen los bajos donde están las federaciones deportivas, pero, además, hay algunas diferencias en las condiciones de la concesión y en el proyecto, que sigue sin estar terminado. Son salvables, pero, de momento, no está claro el asunto.
En el seno Sporting se guarda silencio, porque nadie quiere problemas, pero no gusta lo que el Ayuntamiento está haciendo, si bien para la galería, lo que diga la alcaldesa y su grupo de colaboradores está bien dicho y bien hecho. Sin embargo, hay una fundada preocupación. El campo tiene un aspecto poco digno para albergar espectáculos deportivos, como el que protagoniza el Sporting cada quince días. Si se consuma el ascenso, será el peor campo de Primera, con una notoria diferencia.
Las peñas empezaron a dar sus manifestaciones. Son el reflejo de lo que piensa el ciudadano medio. El Ayuntamiento se equivocó en esta medida, que pensó que era la mejor por el mero hecho de que le sale gratis, sin haber pensado que el Sporting y el sportinguismo serán los damnificados y que se va a hipotecar una instalación municipal para 40 años. No hace falta ser pitoniso para saber que habrá un arrepentimiento rápido.
La empresa concesionaria del arrendamiento de los bajos de El Molinón está encontrando problemas nuevos cada día. El sistema eléctrico actual es un peligro, según dicen los peritos en la materia, al estar junto a conductos de agua. La esquina del fondo Norte que está cubierta con una lona publicitaria se cerró al público porque había peligro de hundimiento (no se lo digan a nadie, que me comentan que es un secreto). Y así podrían citarse numerosas irregularidades.
Con lo que se prepara, nadie está contento. Aún hay tiempo para parar este error monumental de nuestro querido Ayuntamiento, de los que mandan y de los que no saben ser oposición. Me imagino que será por desconocimiento, aunque los que están en posiciones de mando, deberían saber. Digo yo. Para rectificar hay tiempo. Eso es de sabios.
PD.: El sábado hay que ganar. Será la mejor dedicatoria a Juanele.