Por María de Álvaro:
Sarkozy es un facha. Un ultraderechista peligroso que pretende arrebatarles a los trabajadores franceses todos sus derechos. ¿A quién se le ocurre penalizar fiscalmente las jubilaciones antes de los 50 o dejar sin paro a los que rechacen más de dos ofertas de empleo? Este hombre está completamente loco. ¿Qué necesidad tiene un funcionario de currar hasta los 65 y para qué va uno a perder el tiempo en trabajos que no le interesan?
Que nadie me malinterprete. A mí madrugar tampoco me gusta. Yo reivindico la jornada de 10 horas semanales, cinco los miércoles y otras cinco los jueves; las vacaciones de cuatro meses; la jubilación a los 35. Y, ya puestos a pedir, equiparar el salario mínimo con el del ministro de Hacienda y las hipotecas al 0% de interés.
Reivindico todo eso, pero para todos, claro, que ver a un prejubilado de 45 tomando una botella de sidra al lado de un mileurista de 35 queda feo.
Me enamoré de Sarkozy el día que le vi. Pero entonces sólo era algo físico. Ahora estoy absolutamente entregada. Sarko, mon amour, ven pa’cá y toma el palacio presidencial. ¡Imagínate que es la Bastilla!