EL debate sobre el estado de la región está ubicado en el calendario de una forma estratégica al empezar el curso político. En el pasado año, primero de la legislatura, había interés por ver cómo se movía el presidente Areces dentro de un Parlamento dominado por los grupos de oposición. El famoso diseño de ‘la pinza’, alianza de la izquierda (IU) y la derecha (PP) contra el Gobierno, se produjo en varias de las resoluciones del debate, como en otros momentos del curso político, pero no se pudo adivinar lo que sería el principal rasgo del primer año de mandato: los acuerdos entre socialistas y populares que dieron un amplio margen de maniobra al Principado.

El principal aliciente del debate, que empieza mañana, está en el cruce de intervenciones de los socialistas e IU. Las dos fuerzas de izquierda han acordado entablar formalmente negociaciones, tras el pleno parlamentario sobre el estado de la región, con el objeto de dotar de mayor estabilidad parlamentaria al Principado; los socialistas barajan tres fórmulas: gobierno de coalición, el establecimiento de un pacto de legislatura o la reducción de la negociación a los presupuestos. En IU han sido menos explícitos, pero la doctrina de Llamazares consiste en dar prioridad a los acuerdos que supongan la entrada de su fuerza política en los gobiernos. La discusión sobre el estado de Asturias permitirá comprobar el grado de sintonía que hay entre los dos grupos, así como las demandas que planteará IU en la negociación.

Otro aspecto relevante del pleno monográfico estriba en el tratamiento que se dé a la reforma del Estatuto. El nuevo texto ya estaba prácticamente consensuado, hasta que el PP decidió rectificar y declarar incompatible el acuerdo estatutario con la entrada de IU en el Gobierno. Puede ser una medida táctica hasta que pase el Congreso del PP, para luego relanzar la negociación, o quizás sea una decisión en firme y Asturias se quedaría con el actual Estatuto, al menos durante esta legislatura. Entre los intereses del debate hay que citar también las propuestas de los grupos parlamentarios ante la crisis económica. Sería bueno que no se incurriera en la demagogia de proponer gastos imposibles de financiar por la bajada de la recaudación fiscal. Quizás sea pedir peras al olmo.