El debate sobre el estado de la región se ha iniciado con una larga comunicación del presidente Areces, en la que repasó las iniciativas acometidas en el primer año de legislatura y mostró una lista de propuestas para el futuro inmediato. Aunque la crisis económica, como concepto, estuvo presente en el discurso presidencial, en ningún momento tuvo reflejo en los números, ya que Areces volvió a hacer hincapié en las 455.000 personas que hay trabajando en Asturias (récord histórico) y anticipó que llevará a la Junta General del Principado unos presupuestos para el próximo año con un volumen inversor que supera los 1.000 millones de euros. ¿En qué quedamos, hay crisis o no hay crisis?
La aparente contradicción se debe al desfase de Asturias en el ciclo económico. La caída de la actividad económica se produce en Cataluña, Andalucía o la Comunidad Valenciana, territorios muy vinculados al sector de la construcción, mientras que en Asturias permanecemos ajenos a esa circunstancia, con una industria que todavía goza del alza del precio de los metales y una actividad constructora ligada a las principales infraestructuras de transporte (autovía del Cantábrico, autovía del interior, Variante de Pajares o ampliación de El Musel). Los datos del primer semestre del presente año son positivos, pero la crisis está ahí, como lo dejaba ver el último informe de Funcas que situaba a Asturias en el último lugar del crecimiento económico para el próximo año.
En su exposición, el presidente Areces evitó referirse al embalse de Caleao o a la incineradora de Serín, aunque citó los procesos de biometanización de Cogersa, una expresión de difícil asimilación para el público, pero muy conveniente para incorporar a los diputados de IU al autobús del Gobierno. Dentro de las descripciones, datos y proyectos, apenas hubo dos referencias superficiales y mínimas sobre el HUCA, el principal proyecto del presidente Areces.
Las reacciones de los agentes sociales no fueron muy positivas. CCOO lo consideró “optimista” y Severino García Vigón (Fade) afirmó que esperaba más de la intervención de Areces. Falta por ver, hoy, la respuesta parlamentaria de los grupos de oposición. ¿Alguien sabrá conectar el pequeño huerto asturiano con la crisis mundial?