El mes de julio se ha cerrado con una magnífica noticia, al ser Asturias la comunidad en que más ha descendido el paro. Si a escala nacional disminuyó el desempleo en un 0,58%, en nuestra región lo ha hecho en un 4,72%: casi nueve veces más. Por cuarto mes consecutivo se reduce el desempleo, dejando la cifra de parados en 67.261 personas; en España, el paro ha bajado por tercer mes hasta quedar en 3.544.095 trabajadores.

Los datos vienen acompañados de las previsiones optimistas de diferentes estudios que muestran un perfil diferencial de la crisis económica en Asturias con respecto a España. Según Caixa de Cataluña, Asturias será la región que perderá menos empleo en el presente año. La institución de crédito catalana prevé una pérdida de empleo del 1,4% en nuestra región, mientras que en las comunidades menos afectadas por el paro, como Cantabria, La Rioja, el País Vasco o Galicia, los puestos de trabajo destruidos oscilarán entre el 4,8% y el 5,1%. El consumo también tendrá un mejor desarrollo en Asturias, al bajar sólo un 3,1%, a diferencia de Madrid o Cataluña, donde se reducirá en un 4,7%, o en el País Vasco, que lo hará en un 4,3%. Un comportamiento similar se espera en la caída del PIB, que será bastante más pronunciada en el conjunto de España que en nuestra región.

Desde que España entró en recesión, Álvarez Areces declaró repetidamente que Asturias resistirá mejor la crisis económica que el resto de las comunidades autónomas. Es de dominio público el optimismo antropológico del presidente asturiano, así que las palabras de Areces fueron recibidas como expresión de una leyenda urbana, pero los indicadores económicos y los pronósticos de observadores independientes empiezan a darle la razón al presidente del Principado.

El pasado año el paro creció, proporcionalmente, el doble en España que en Asturias. No obstante, en el último trimestre de 2008 las tornas se cambiaron y Asturias dobló el porcentaje de incremento del paro al registrado en España. La secuencia negra del desempleo se dio en Asturias en los cinco meses que van de octubre de 2008 a febrero de 2009. En ese periodo el número de parados pasó de 49.954 a 73.558. Ya el pasado marzo fuimos, tras Baleares, la región que mejor desarrollo tuvo en el mercado de trabajo, al crecer el paro una tercera parte que en España. Desde entonces, y van cuatro meses seguidos, el paro no ha hecho otra cosa que descender, hasta los 67.261 trabajadores.

Es momento de detectar las claves que explican la benignidad de la crisis económica en Asturias con respecto a España.

Desde que empezó la crisis económica, el paro crece mucho más en España que en el resto de los países de la UE. Una de las razones está en la rigidez del mercado de trabajo en nuestro país. Pero hay otras causas evidentes que nunca se citan. Entre 2004 y 2007, el 40% de la creación de empleo de la Unión Europea se localizó en España. Un tercio de los inmigrantes se ubicaba en nuestro país. En muy poco tiempo, España tuvo un porcentaje de inmigrantes superior al de Alemania, la factoría europea. Al llegar la crisis económica, detenerse la inversión, deprimirse el consumo y cortarse las contrataciones, el empleo creado con rapidez se destruyó a la misma velocidad. En cuatro años habíamos pasado de 16 millones de empleados a 20 millones, y ahora estamos en el camino inverso. La mano de obra inmigrante, muy poco cualificada y centrada en la construcción, la hostelería y el trabajo del hogar y el cuidado de la tercera edad, pasó a engrosar el paro. En Asturias, los inmigrantes al empezar la crisis económica rozaban las 30.000 personas, bastante menos que en La Rioja, que apenas cuenta con los habitantes de Gijón.

Otra razón, relacionada con la anterior, está en el papel de la construcción. No hace falta decir que en algunas regiones (Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares, Madrid) el desarrollo de la construcción residencial estuvo espoleado por razones especulativas (crecimiento de los precios) y por razones turísticas (un millón de viviendas son propiedad de ciudadanos británicos), así como por el crecimiento de la población. En Asturias, el crecimiento del ladrillo fue mucho más moderado, destacando la construcción de carreteras o infraestructuras ferroviarias, un segmento que sigue sin perder actividad.

En los últimos doce meses, el paro aumentó en España en 1.117.179 personas. Una parte importante de ese incremento corresponde a los demandantes del primer empleo, un colectivo marcadamente joven. En Asturias, la población entre los 15 y los 29 años es porcentualmente la más reducida de todas las comunidades autónomas. Hay menos demandantes de primer empleo que en otras regiones.

Lo mismo cabría decir de los trabajadores temporales, más numerosos en los servicios que en la industria, que han sido los primeros en engrosar las filas del paro, junto a los demandantes del primer empleo. El trabajo fijo y con cierta antigüedad se localiza más en la industria, un sector que en Asturias está cinco puntos por encima de España, siendo la tercera región tras el País Vasco y Navarra.

Y por último, un mayor consumo en Asturias, dada la influencia de la población pensionista y prejubilada, con los haberes blindados ante la crisis.

Recapitulemos. Menos inmigración, menos construcción residencial, más ejecución de infraestructuras, menos demandantes de primer empleo, más industria, menos trabajo temporal, y más consumo proveniente de las jubilaciones y las prejubilaciones. Esa es la dieta asturiana ante la crisis de la que no participa el resto de España.