De las distintas propuestas de los socialistas sobre la financiación del gasto sanitario saca el PP la conclusión de que tratan de implantar un impuesto nuevo o retomar el llamado, ‘céntimo sanitario’. El partido de la oposición considera que los problemas de la financiación sanitaria son una excusa para que la dirección del PSOE ajuste cuentas con el Gobierno de Areces.

El aumento del gasto sanitario es un problema para el Gobierno regional, porque produce desajustes en el presupuesto del Principado y no resulta fácil aminorar su tasa de crecimiento. Los socialistas recibieron las competencias de Sanidad del Gobierno central hace siete años, y en seguida tuvieron dificultades para embridar el gasto en farmacia, los incrementos salariales y el mantenimiento de la red hospitalaria. La Sanidad es el principal servicio público gestionado por la comunidad autónoma, así que los ciudadanos siguen con atención los avatares del sistema sanitario. Por todo ello, el PP tiene una ocasión de oro para criticar la gestión socialista de la sanidad y plantear su alternativa.

Desde que Jesús Iglesias (IU) dio a conocer que distintos proyectos del presupuesto sufrirían un recorte de 101 millones de euros para pagar las nóminas de noviembre y diciembre del personal de la Sanidad, la respuesta del PP ha sido desconcertante. Lo primero que se encargó de aclarar el partido de la oposición es que las manifestaciones sobre el crecimiento del gasto sanitario suponían una maniobra para privatizar el servicio público de salud. Uno puede entender que IU esté obsesionada con la privatización de los servicios del Principado, pero que el partido liberal-conservador denuncie una maniobra de privatización produce asombro a cualquier observador. ¿Es el PP el partido defensor de lo público? ¿Tiene el PP tiene una ideología contraria a las privatizaciones?

Ahora, tras el encontronazo entre la FSA y el Principado sobre el copago sanitario, llegan los dirigentes del PP para aclarar que el Principado va a poner un impuesto nuevo. ¿A qué tributo aluden? ¿No será, en todo caso, la entrada en funcionamiento de unos tipos más altos en el tramo autonómico del IRPF? A estas alturas del debate llama poderosamente la atención que el PP no haga una crítica radical del gasto sanitario y proponga una alternativa.