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Juan Neira

LARGO DE CAFE

PARADOJAS ELECTORALES

Revisando los datos que salieron de las urnas el pasado domingo se constatan algunas conclusiones válidas para cualquier coyuntura, y otras particularidades que funcionan en el presente asturiano.

Los bloques ideológicos, entendiendo por tal el conjunto de partidos que comparten ideario, son electoralmente sólidos, apenas registran variaciones. Fijémonos en el Principado. La izquierda tenía 28 diputados en las elecciones de 2015 y ahora obtuvo 26. En consecuencia, la derecha pasó de 17 a 19 escaños. En el mapa político hubo importantes cambios (espectacular avance del PSOE, hundimiento de Podemos, etc.), pero los bloques ideológicos tienden a la foto fija.

Gijón, Avilés, Oviedo

En el caso del Ayuntamiento de Gijón no existen variaciones en el voto de los dos bloques entre 2015 y 2019: la izquierda mantiene 15 concejales y la derecha 12. Muchas novedades en los distintos partidos (debacle de Foro, fuerte avance del PSOE, caída de Podemos), pero los bloques se mantiene intactos.

En el Ayuntamiento de Avilés se dio la misma desviación que en el Principado, la izquierda perdió dos ediles para ganarlos la derecha. Todo ello fue compatible con que Podemos e IU se dejaran cuatro concejales, Ciudadanos duplicara su cuota de representación y el PSOE ganara con una gran ventaja sobre el resto.

El Ayuntamiento de Oviedo es la excepción, porque hubo una cierta recomposición de los bloques. La izquierda (PSOE-Podemos-IU) tenía hace cuatro años 14 concejales y bajó hasta 11, subiendo la derecha (PP-Ciudadanos-Vox) de 13 ediles a 16. De las instituciones nombradas, solo en el Consistorio carbayón se produjo una fuerte crítica social sobre el equipo de gobierno.

Un segundo rasgo a constatar es la plusvalía de escaños que otorga la concentración del voto. Recordemos que la izquierda perdió dos diputados en el Principado, pero el PSOE, como partido ganador, sacó una gran ventaja al resto. La suma de los cuatro partidos de derechas arroja un escaño menos que el PSOE.

La concentración del voto en la candidatura socialista condena a la derecha a la oposición. En 2015, el PSOE ganó con solo tres diputados más que el PP, y aunque la izquierda en conjunto tuviera 28 diputados, los grupos de derecha sumaban tres escaños más que el partido en el Gobierno.

En resumen: los bloques ideológicos registran muy pocos vaivenes electorales; las apreciables modificaciones en el voto ocurren en el interior de cada familia ideológica (entre PSOE, Podemos e IU, o entre PP, Ciudadanos, Foro y Vox); y si en una de ellas el electorado apuesta por la estrategia del voto útil obtendrá como premio hacerse con el gobierno, aunque tenga menos escaños en conjunto. Este podría ser el resumen de lo afirmado hasta ahora.

Otra de las cosas que muestra el ciclo electoral es la validez de un argumento ideológico para todas las convocatorias. Con el fantasma del miedo a la extrema derecha obtuvo el PSOE la triple victoria nacional, autonómica y municipal.

PSOE y PP

Vayamos con las especificidades asturianas. El PP lleva cuatro convocatorias abonado a la misma cuota electoral. Cuando Foro arrasó, el PP de Pérez-Espinosa sacó 10 escaños. Cuando Rajoy tenía mayoría absoluta, el PP de Mercedes Fernández tuvo 10. Cuando Podemos y Ciudadanos entraron en el Parlamento, el PP de Cherines alcanzó 11. Cuando el PSOE se alza como partido hegemónico, el PP de Teresa Mallada logra 10.

Se entiende que la llegada triunfal de Foro dejara al PP sin la mitad de sus escaños, pero que el electorado perdido no haya regresado, ni en una mínima proporción, en tres convocatorias electorales, solo demuestra la falta de credibilidad de sus candidatos.

Las dirigentes citadas responden al mismo perfil: agresividad dialéctica, propensión a rodearse de un grupo de fieles y dificultad para tejer alianzas. Hace falta mostrar otras cualidades políticas para volver a los registros electorales que tenía el PP en la primera década de este siglo.

Otro rasgo típico del mapa electoral asturiano es el largo ciclo socialista en el poder, ganando una tras otras todas las citas elecciones. Hace bastantes años le dije a un presidente del Principado que el PSOE acusaba la fatiga de los metales, pero a día de hoy, después de tantas cargas sobre sus espaldas, sigue siendo el grupo más fiable en el mercado de los votos. ¿Cómo lo logra?

La hegemonía socialista se basa en la implantación territorial del partido por todos los concejos asturianos (el resto de partidos tiene un peso desigual por comarcas), la vigencia de un mapa electoral artificial –con tres circunscripciones electorales–, la identificación con las grandes referencias de la región (cohesión social, defensa del sector público, mantenimiento de la presión fiscal, concertación social, hermandad con los sindicatos, etcétera) y el liderazgo político ejercido desde el eje de las cuencas mineras con Gijón y Avilés.

A todo ello, Adrián Barbón, presidente in pectore, va a añadir un rasgo novedoso: el tres en raya de Pedro Sánchez-Adriana Lastra-Adrián Barbón. Un cambio radical sobre lo vivido en el anterior mandato, con el cortocircuito del Principado con Madrid.

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