Por voluntad de los asturianos en la Junta General del Principado hay un partido grande, el PSOE, uno mediano, el PP, y cinco pequeños (Ciudadanos, Podemos, IU, Foro, Vox). Sólo puede gobernar el PSOE, al resto le falta tamaño. Para que fuera presidente un líder de otro grupo haría falta que se formara una surrealista alianza antisocialista a la que se incorporaran todos los partidos. Dado el antagonismo PSOE-PP (nada hace pensar que Adrián Barbón y Teresa Mallada reanuden el idilio que vivieron en su día el dúo de los Fernández), las alianzas desde el Gobierno sólo pueden darse con un partido pequeño (Ciudadanos, Podemos) o dos pequeños, sumando IU a cualquiera de los anteriores. Vistas las posibilidades no se adivina ninguna entente estable. En el esquema del PSOE el único partido que encajaría como socio es IU. Llevan muchos años coincidiendo en la política regional, así que no despierta ningún recelo. El problema estriba en que la cuota parlamentaria de IU ha menguado tanto que no sirve para alcanzar la mayoría absoluta. PSOE e IU sumados se quedan en 22 escaños. No hay política sólida de alianzas sin lograr la mayoría absoluta.
Podemos y Ciudadanos aportan diputados suficientes para gobernar sin sobresaltos, pero el entendimiento con el PSOE es problemático. Con el grupo de Juan Vázquez los socialistas tienen diferencias claras en materia fiscal, que no es un tema menor. En cuanto a Podemos, la desconfianza viene de lejos y así quedó manifestado a lo largo del pasado mandato. Dado el triple varapalo recibido por el partido morado en las elecciones generales, autonómicas y municipales, no es fácil saber por dónde transitará en el futuro. La única pista proviene de Pablo Iglesias que propone la jornada laboral más corta de Europa y una renta vital para todos los que la necesiten por el simple hecho de estar en España. Las ocurrencias del gran líder nunca se sabe cómo se financian.
A los recelos hay que añadir una cuestión de valoración que desaconseja al PSOE suscribir pactos de legislatura. Los socialistas tienen 20 escaños, Ciudadanos logró 5 y Podemos, 4. Todo lo que exceda de los acuerdos puntuales, supone sobredimensionar la importancia de partidos tan pequeños. Del magma de grupos emergería un partido con demandas que el presidente del Gobierno debería negociar, dando la apariencia de un pacto entre iguales. Es mejor la vía de la geometría variable (acuerdos puntuales con cualquiera) que ofrece más aliados con menos compromiso.