Adrián Barbón se ha vuelto a referir a las consecuencias, que a su juicio, va a tener el pacto de la derecha por la Alcaldía de Oviedo en la política regional. El secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA) y presidente, in pectore, del Principado, afirma que allá donde la suma de las derechas tiene mayoría absoluta, gobierna. Algo que va a tener muy presente de cara al juego de alianzas que se desarrollará en la Junta General del Principado. Un mensaje claro al grupo de Ciudadanos que encabeza Juan Vázquez.
En el Ayuntamiento de Oviedo, Ciudadanos pactó un gobierno de coalición con el PP, partido que ganó las elecciones, haciendo alcalde a Alfredo Canteli. Lo mismo sucedió en el resto de comunidades autónomas con escasísimas excepciones. La estrategia postelectoral de Ciudadanos pasaba por el acuerdo con el PP. Lo extraño hubiera sido que en Oviedo cambiara de bando para formar un nuevo tripartito, con PSOE y Podemos, renegando de la política que desarrolló durante todo el mandato de abierta crítica hacia el gobierno de las izquierdas. En el Pleno municipal del sábado ocurrió lo que todo el mundo esperaba. Otra cosa distinta es que Ignacio Cuesta, líder ovetense de Ciudadanos, haya estado negociando con los socialistas, de forma pública y paralela, a las conversaciones que mantenía con el PP. Imagino que lo habrá hecho para arrancar mayores concesiones de este último partido. Nada de particular, porque esa táctica la utilizó Ciudadanos por toda España. Estoy seguro que en la FSA, la organización que atesora más experiencia política en Asturias, se dieron cuenta de todo lo que estaba pasando.
Aquí, el hecho verdaderamente diferencial no es el comportamiento de Ciudadanos en Oviedo, sino la estrategia regional de Juan Vázquez, tratando de atraer al PSOE hacia posiciones centristas, rompiendo la mayoría de izquierdas. Me parece un intento original e interesante que tropieza con un obstáculo: el giro de Ciudadanos hacia las posiciones de la derecha. El movimiento es inequívoco: desde Albert Rivera e Inés Arrimadas hasta Ignacio Cuesta. El exrector reivindica autonomía para decidir. Cuando fue presentado como candidato por Albert Rivera, ya mostró sus credenciales. El inconveniente está en que la FSA no es de plastilina, moldeable a gusto del consumidor. Debe tener paciencia y esperar su oportunidad que llegará cuando la relación de Podemos con Adrián Barbón pase por horas bajas. La legislatura es larga.