El Oviedo demostró, tan pronto se puso el balón en juego, que estaba dispuesto a presionar al rival en todo momento. De hecho, fue una pena que Mossa no acertase a materializar la ocasión que tuvo en los primeros compases del partido. En las Palmas, hemos visto a un Oviedo intenso, tanto en ataque como en defensa, a un Oviedo que bregó de principio a fin.
No es un mal resultado el empate a domicilio ante un equipo como las Palmas, pero hay que tener en cuenta que el árbitro se comió dos penalitis bastante claros, sobre todo, el segundo cuando Viti fue agarrado dentro del área. Tampoco hay que perder de vista que la segunda tarjeta a Christian fue, como poco, demasiado rigurosa.
No se puede hablar, por tanto, de haber puntuado ante las Palmas con ayuda de la suerte, sino que más bien cabría plantearse que pudimos haber salido victoriosos de este lance.
No es que, a lo largo de los 95 minutos, prolongaciones incluidas, hayamos hecho un fútbol preciosista, ni que el rival no lo intentase y no nos haya tenido acorralados en determinadas fases del encuentro, sobre todo, durante los primeros minutos de la segunda parte, pero el cuadro carbayón no cejó en su empeño de ir a por el partido, y no jugó atemorizado.
Pero se consiguió algo mucho más importante que el resultado, y es mostrar solidez defensiva. Cierto es que hubo lances en los que el equipo local encontró huecos al contrataque que nos pudieron haber costado serios disgustos. No lo es menos que el Oviedo se mostraba con mordiente y con solidez.
Tas el descanso, hubo otro partido, sobre todo en los primeros minutos. Aun así, el Oviedo no perdió en ningún momento su ambición. Faltaba la conexión entre el centro del campo e Ibra, algo que, de algún modo, se suplió con las arrancadas por las bandas de Diegui y de Mossa.
Por otra parte, es digno de mención que, aunque no estuvo muy afinado en su puntería, Javi Muñoz intentó aprovechar algunos rechaces al borde del área contraria para chutar a gol.
Hemos visto a un Oviedo muy mejorado con respecto a los últimos partidos que jugó a domicilio. Se diría que aquel bache de juego y resultados se superó desde la victoria ante el Sporting.
Un Oviedo intenso y luchador, un Oviedo sin lagunas defensivas que pueden suponer derrotas. Un Oviedo en el que Champagne parece haber conseguido un grado de sintonía importante con la defensa.
Un Oviedo que va a por el partido desde los primeros compases.