1.- Hacer las cosas un poco más despacio: disminuir la velocidad disminuye la tensión nerviosa en la que se vive.
2.- acostumbrarse a esperar en lugar de dejarse llevar de la impulsividad y querer las cosas para ya.
3.- Hacer relajación con cierta frecuencia, mejor diariamente unos quince minutos.
4.- Hacer algo de ejercicio, al menos tres veces en semana una hora hasta el punto de sudar
5.- Acostumbrarse a terminar las tareas que se empiezan y no interrumpirlas dentro de lo posible.
6.- Procurar concentrarse en el aquí y ahora en lugar de ceder a la anticipación de consecuencias negativas.
7.- Si no se ha hecho daño a sabiendas y adrede procurar tirar el sentimiento de culpa a la basura. No sirve sino para sentir mayor angustia.
8.- Procurar estarse quieto cuando no se hace nada con las manos o las piernas: la quietud es lo contrario de la inquietud motriz y viene muy bien.
9.- No se puede ser excesivamente responsable ni cumplidor porque eso añade gran tensión y acaba por abrumar.
10.- No conviene ser excesivamente auto exigente ni perfeccionista. La perfección mata la creatividad y nos esclaviza.
11.- Hay que tender a desdramatizar las circunstancias adversas. Tienen la importancia que tienen pero no conviene exagerarla y menos aún si no podemos cambiarlas. Todo se puede relativizar.
12.- Conviene ver lo malo que nos sucede en perspectiva, porque si nos centramos en ello corremos el riesgo de vivir en tensión desmesurada.
13.- Conviene no abusar de la carga que nuestro cuerpo puede soportar: tiene un límite y si se sobrepasa se puede pagar un alto precio.
14.- Separar lass mandíbulas si se tiende a apretarlas (bruxismo) si no estás comiendo.
15.- Conviene pararse y no hacer nada todos los días un ratito para recuperar fuerzas.
16.- Practicar yoga es una buena medida
17.- Las caricias y el contacto físico son altamente recomendables y actúan como ansiolíticos
18.- Tratar de ahuyentar las los pensamientos negativos.
19.- De vez en cuando conviene pararse a pensar y recordar los bueno que tenemos, que aunque sea poco es mucho
20.- Tomar psicofármacos, solo en caso de necesidad y cuando sea imprescindible. No debería ser el remedio fácil al que recurrir.