1.- Tener siempre presente que las relaciones se rigen por la reciprocidad del trato. Los demás reaccionan a nuestro trato y viceversa.
3.- De vez en cuando y merecidamente resaltar algún logro, cualidad o acierto de los demás. Sirve de suavizante y estímulo.
4.- No dejarse llevar de la impulsividad, mas bien esperar a madurar nuestra reacción para evitar consecuencias indeseables.
5.- Sustituir el odio o la venganza por la comprensión y la aceptación del otro en cuanto que persona.
6.- Expresar las emociones y opiniones con tranquilidad, pero con franqueza, en lugar de guardarlas para evitar complicaciones innecesarias.
7.- Evitar las descalificaciones dirigidos a la “persona”. A lo sumo exponer nuestras quejas por las “conductas o actuaciones específicas” del otro.
8.- Procurar no hablar bajo estado de tensión o alteración, sino cuando aquella se haya controlado y reducido.
9.- Estar muy atento a las necesidades de nuestro interlocutor a través de la escucha y observación atentas.
10.-Ir sembrando y dejando grabada en la retina y oído de quienes tratamos buenas vibraciones e impresiones que aseguren una buena influencia y un recuerdo amable y la reacción correspondiente.