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Miguel Silveira

PSICÓLOGO DE CABECERA

CRIAR HIJOS FRÁGILES Y VULNERABLES

Últimamente he conocido y encontrado varios hijos y no precisamente niños o adolescentes, sino jóvenes bien entrados en años, que presentaban un perfil de fragilidad un tanto alarmante a juzgar por sus hechos.
Me explico. Todos ellos estaban encogidos psicológicamente, porque les ha tocado vivir en primera persona desgracias familiares o de orden personal y estaban deprimidos, hundidos, sin defensas suficientes para superar esas pruebas que más tarde o temprano iban a presentarse en su vida, como les seguirá ocurriendo y nos ocurre a todos.
¿Qué ocurre? cabría preguntarse ¿que los jóvenes por el hecho de serlo son más débiles?. En absoluto. Lo que ha coincidido es que todos ellos fueron criados, procurando alejarlos del sufrimiento. Se les fueron ocultando dificultades familiares para no hacerlos sufrir o se hizo por ellos lo que ellos mismos tendrían que haber hecho, según su edad y estado. Pero no, los padres, sin duda con tan buena como equivocada intención, les fueron evitando frustraciones y facilitando sus vidas para que fueran felices, pobrecitos. ¿Pobrecitos? Pues a la edad de veinte, veinticinco o treinta años se encontraron con que no sólo sus hijos no han sido capaces de afrontar con fortaleza esos impactos emocionales negativos y se han visto superados sino que, de rebote, han sufrido sus padres al verlos incapaces de superarse, como era de esperar. El problema es serio. Si resulta que la población de la tercera o cuarta edad supera ya con creces a la de los jóvenes y niños, estamos arreglados si las generaciones siguientes no las preparamos para afrontar frustraciones, contratiempos y penas.
Juventud es sinónimo de disfrute y plenitud de vida, pero eso no es óbice para que asuman frustraciones, exigencias y escasez más bien que abundancia de bienes y de facilidades.
Estamos educando jóvenes bien preparados académica y profesionalmente desde el punto de vista técnico, pero desaprovechando una educación que les haga madurar y no hay madurez sin sufrimiento, sin exigencia y cumplimiento de sus obligaciones y alejándoles de todo sufrimiento familiar, si este existe. Deben ir siendo conocedores de esas dificultades y contratiempos para valorarlas y para ser resilientes.
Siento mucho decir que nuestros jóvenes son tan majos y buenos chicos, como inmaduros y frágiles emocionalmente. Esto viene siendo una tónica general, donde las excepciones son eso, excepciones.

Temas de psicologia cotidiana para ayudar a vivir mejor

Sobre el autor

Psicólogo clínico, experto en ansiedad y estrés C/ Carlos Marx,1 - 6º D Gijón (Asturias) http://www.miguelsilveira.com http://www.estresyansiedadonline.com


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