Cuando España , en 1898, perdía Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, dejaban en el Mediterráneo, libaneses cristianos en busca de nuevos horizontes, ante la decadencia del Imperio Otomano.Buscaban el calor y paises cristianos y en ese marco 700,000 de ellos llegaron a aquel país, desembarcando en el Puerto de Progreso de Yucatán, a 10 kilómetros de donde estaba sumergido aquel meteorito que hacia 65 millones de años acabó con los meteoritos. .
Ellos no sabía que en 1761, 50 años antes de la independencia de España, se había levantado contra el imperio español, al frente de los mayas Jacinto Canek en la Península de Yucatán, no sabían del “Ki”, el oro verde de los mayas. Ellos llegaron, se diversificaron por el país, y en particular en la península de Yucatán.
No sabían que los mayas resistieron hasta 1901, y que de 1847 se lanzaron contra los criollos que habían logrado la Independencia, e iniciaron lo que se llamó la Guerra de Castas y que no fueron conquistados hasta 1901.
Tampoco sabían del Ki, y lo que sucedía a su alrededor, donde, ese Ki, el henequén, que producía una fibra de donde se hacían sacos, cuerdas, hilos, fundamental en el comercio mundial hasta que llegó el plástico, había sido tomado por una plutocracia de criollos mexicano, y que tuvieron tanto poder que se les llamó La Casta Divina. Tenían el control del henequén, y en sus grandes haciendas en Yucatán, con vías de ferrocarril en cada una de ellas, tenían como siervos de la edad media, al pueblo maya, por supuesto con sus tiendas de raya
Eran tan poderosos, que el Sisal, como se llamaba el puerto de salida de la península, dió nombre a la fibra que era comprada en todo el mundo, con la característica que la fibra y sus dólares no pasaban por México, sino salian y regresaban a través de ese puerto.
Sus finos trajes de lino blanco, cuando necesitaban tintorería, lo enviaban a la Habana, y cuando visitaban Europa compraban propiedades, sobre todo inglesas, que transportaba piedra por piedra para sus casas en la ciudad de Mérida, la capital de Yucatán, donde se instalan los despreciables, para ellos, “comerciantes sirio libaneses”, tratado por ellos con desprecio.
En un caso único en las colonias españolas, que toda la ciudad partía de la Plaza Central, donde estaban la gubernatura, el ayuntamiento, por supuesto la catedral , pero la Casta Divina lo cambió todo. Dejó el centro y, los indios y el “populacho y sus clases medias, pusieron tierra de por medio y, sus gobernantes, iniciaron la ciudad en la monumental avenida llamada Montejo, en honor a los conquistadores, la zona de varios kilómetros donde ellos vivirían y colocarían sus fastuosas residencias.En ellas habían colocado sus mansiones traídos en barco desde Europa, con dos niveles, en cuya planta única vivirían en ellos, pero debajo exactamente de ellos, y de igual forman vivían su servidumbre al mas estilo inglés.
Ese era el panorama, donde coexisten los mayas cuya resistencia llego hasta Chan Santa Cruz, adelante de Tulum en la costa del Caribe Mexicano, la Casta Divina y los comerciantes libanés, mal llamados por los Ponce y compañía, con desprecio los sirio libaneses, “los turcos”.
Mientras éstos crecían comerciando con su habilidad histórica, llenaban botellitas de arena, y recorrían toda la Península vendiendolas a los campesinos que no conocían el mar. Paulatinamente fueron siendo poderosos, pero seguían viviendo en su pequeños Gheto en el centro de la ciudad.
En 1910 que surge la Revolución Mexicana, en la península surge el Partido Socialista del Sureste, donde el gobernador Felipe Carrillo Puerto se enamora de una mujer de Kansas City llamada Alma Reed, ” rubia, de ojos claros y divinos” y al no saber componer le pide a Ricardo Palmerín que le componga ” Peregrina” como obsequio a aquella mujer. Por supuesto el gobierno que estaba al servicio de la Casta Divina, lo captura a él y a sus 4 hermanos, y los fusila colocándolos en una barda, que con el tiempo sería el Panteón Civil de Mérida.
En 1917, el general Salvador Alvarado, miembro también del Partido Socialista del sureste, sugiere al presidente Carranza ir, donde estaba, realmente el dinero: en Yucatán en manos de la Casta Divina, donde empezó el final de las haciendas, pero ellos se trasladaron a “su ciudad de Mérida” en Paseo Montejo.
Lo que era la Casta Divina, lo significa al saber que en las grandes fiestas de Paseo de MOntejo, el perfume más apreciado, el que daba status era…..”.la gasolina”.Mujer que llevaba ese perfume, mujer que tenía auto , mujer de poder.
El desprecio surgió hasta 1947, cuando una Ponce, se casa con un Chedraui, y se cambian los papeles.La ex Casta Divina termina siendo empleados de aquellos emigrantes, uno de los cuales Pedro Joaquín Coldwell llegaría a ser gobernador del Estado, y su padre dueño de la Isla de Cozumel.
Muchos años después, el nieto de Belarmino, iniciaba sus campañas electorales en Yucatán, guardando un homenaje en el cementerio a Felipe Carrillo Puerto. Y ahí, descubrió que aquella rubia que enamoró a Carrillo Puerto , que lo sobrevivió 30 años,Alma Reed estaba enterrada a 10 metros, en un cubo de mármol sobre su tumba.
Sobre esa historia, los mayas actuales, trabajan creando el TREN MAYA, descubriendo los vestigios de la gran civilización de sus antepasados.