Atrás quedaron las manifestaciones de protestas constitucionales; la libre expresión de partidos, empresarios, obispos, jueces, tertulianos. Atrás quedaron los ataques contra el Gobierno, la Monarquía,los partidos a niveles nunca aparecidos en decenas de años. Todo se respetó, siempre dentro de la Constitución.
Y hoy, a pesara de todo, de tratar de impedirlo, se llegó a la Investidura. Dentro del Congreso, cada quien expresará lo que quiera, y mañana se someterá a la votación. Y ahí, a través de los diputados, TODOS los españoles habremos hablado.
La Nueva España, avanza.