Cuando Genaro me llevó a aquel paraiso naatural, yo no sabía su historia,pero me embriagó el paisaje. El río Cazones, uno de tantos en Veracruz, donde los vientos calurosos del Golfo chocaban con la Sierra Madre Oriental, los generaba por decenas desde Tuxpam, hasta Coatzacoalcos.

Aquel pueblo de pescadores que quizás ni existía en la mapa de Varacruz, con sus 1,000 habitantes, aparecía en la desembocadura del Cazones con el Golfo de México., con sus olas agitadas, claras, entre manglares, mientras Genero nuestro dirigente allí, trostkista de corazón,  con las cervezas, heladas, los camarones, y los caracoles de mar, sus limones y sus tostadas, empezaban a ser devoradas, me comentaba la historia.

Cazones era el mar más cercano a la ciudad de México, con 220, kilómetros y no los 420  hasta Veracruz o los 450 hasta Acapulco., pero nadie de los habitantes de la gran ciudad lo sabíamos. En el informe del Presidente Diaz Ordaz, se informaba que los 30 kilómetros de  la carretra Poza Rica- Cazones, había sido construida, pero nunca se realizó esta obra.El magnate, mantenía su paraíso.

Dueño del origen de la telefonía celular, tenía al otro lado del río y el mar,protegido por ambas aguas, dulce y salada, una latifundio de 500 hectáreas, verdaderamente hermoso. Por supuesto con muelle propio y su pista de aviación. Un paraíso, con los verdes diferentes de aquel estado, en medio la gran mansión.

Era el regalo a los grandes ministros, dos veces al año. Era una encerrona de una semana, con todo tipo de bebidas, camarones y aquellas mujeres, actrices de Televisa que hacían felices a las mujeres mexicanas todas las tardes. Claro no eran todas, tan sólo las que no deseaba el Tigre Azcarraga, el hijo del magnate de los medios de radio y televisión el Vidaurreta, que había emigrado de España a princpios de siglo.

Mientras las cascaras de los enormes camarones, iban a los platos vacíos, y llegaban las nuevas “chelas” heladas, Genaro, continuaba su relato.

Dos veces al año, llegaban aquellos ministros o gobernadores que el señor presidente seleccionaba, donde destacaban Fernando Gutierrez Barrios, el hombre del poder en la sombra, y Javier García Paniagua, el hijo de Marcelino García Barragán, que, contaba tenía atrás a todos los coroneles del país, pese a ser Secretario de la Reforma Agraria.

Eran tres los jets privados que llevaban a aquellas mujeres tan deseadas, ya del norte, del sur, venezolanas, colombianas.Al mismo tiempo ya estaban en camino los jets particulares de los gobernadores o los ministros.

Las esposas de los ministros, esperaban esa fechas, para avisarle a los amantes cuando iban a estar sólas…..

Martín, el piloto, de uno de los de ellas, escuchaba : ¿ Oye viene el “pollo”?, ¿ ” y don javier?, asi hablaban en la íntimamente de los dos hombres más poderosos del país. Y en plena confianza , daban riendas a sus intimidades. Esa noche la esposa de Martín, sintió al marido de tal forma, que ansiaba que volviesen el próximo semestre.

Cuando Genaro me lo comentó, aprendía un poco mas de la politica mexicana. ¿ A Gutierrez Barrios lo llaman el “pollo” y a Garcia Paniagua, ” don Javier”?, y entonces aparecían las causas del poder de ambos, visto desde la óptica de aquella mujeres.

Así  conocí Cazones  y saber su historia.

Al norte a 52 kilómetros tras pasar el rió Tuxpam, de donde saldría Fidel, Raual y el Che en el Graannma, estaban las  cabañas de María y Pedro, rusticas, pero con los mejores mariscos,  lugar donde “reposaba” de  las luchas quienes  me contarían dos meses después  ,

como aquel 20 de noviembre de 1975, aquel huésped que llevaba meses sólo, salió gritando y corriendo, y lo único que Pedro y María, recordaban….”murió Franco, murió Francoooooo……”