Cosas de la vida. Este autor vivió muchas cosas en México, pero hoy quiero relatar algo que no se conoce, y que es interesante.

Era 1993.Presidente Salinas de Gortari. Papa, Juan Pablo II, Prigione su delegado apostólico. Había muerto Corripio Ahumada Arzobispo de México y quedaba libre,la segunda ciudad con más católicos en el mundo, tras Brasil.

Juan Pablo II, entabló amistad profunda con el presidente Carlos Salinas de Gortari, y ambos actuaron. A petición de Juan Pablo II, era necesario que un hombre de él EMILIO CARLOS BERLIE BELAUNZARAN, arzobispo de Tijuana, el hombre del Cartel de los Hermanos Arellano Felix, con 1.85m, 6 idiomas y que se mvía como pez en el agua en aquel Vaticano corrupto. Salinas tomó nota y preparó la operación, experto, mataría más tarde a un sucesor que, nombrado, no le gustó: Luis Donaldo Colosio.

El autor, era Diputado Federal y más tarde responsable elegido por Cuauhtemoc Cárdenas para gobernar la delegación de Iztacalco(1,000,000 habitantes), donde terminaría su novena misa Juan Pablo II, pero esta vez organizada por el nieto de Belarmino Tomás conjuntamente con la Iglesia Católica.

Un día, Prigione citó en el aeropuerto de Guadalajara a las 5 de la tarde. El Cardenal llegó en un vuelo de Aeroméxico con destino a Tijuana y que hacía escala en Guadalajara. Al salir el Cardenal al exterior y encaminarse a su automovil, recibió tres balazos que acabron con su vida. Los Arellano Felix, ante la confusión tomaron el avión de AeroMéxico y a las dos horas estaban en Tijuana.

El país conmovido. El gobierno dió su versión oficial: ” Los narcos habían confundido al cardenal con el ” Chapo Guzman” y en una ajuste de cuentas l mataron”

La Iglesia Mexicana tenía 104 obispos, y sólo dos respondían más a Prigione que la mayoría. Emilio Carlos y l Norberto Rivera, arzobispo de Tehuacan pueblo, un hombre moreno, sin personalidad.

Dictamen oficial de la Procuradoria: ” enfrentamiento entre narcos”. Los 102 indignados, sabían que aquello no era cierto.

Aquella noche, los Arellano, involucrados en la muerte de un cardenal y ante la respuesta divina. viajaron a México a ver al Procurador. Un error del hombre de Berlie el sacerdote Montaño, lo raspó y perdió la posibilidad y lo mandaron a Yucatán donde vivía con mi esposa y mis hijas. Allí lo ví como Arzobispo de la ciudad de Mérida.

En el aeropuerto de Mérida, el autor era diputado federal por el Estado de YUcatán, fue invitado a los actos de Juan Pablo II, y estaba en el aeropuerto, en primera fila con Lizbeth su esposa. Faltaban 20 minutos. El espacio aéreo cerrado, cuando de pronto aterriza, fuera de programa, un avión de Aeroméxico.Y para sorpresa bajan los 104 obispos de la Izquierda Mexicana y los colocan en las gradas detrás de mi esposa y el autor.

No sabíamos nadie, la carta al Papa, que llevaban los cardenales, donde rechazaban la tesis oficial y pedían su intervención para aclararlo.

Llegó el Papa, se fue a su autobús rumbo a Izamal a 150 kms de Mérida, donde iba a oficiar una importante misa. Detrás de el subieron en tres camiones a todos los cardenales, pero al llegar a Izamal, tuvieron que prepararse para la ceremonia, luego el Papa ofició, ellos por delante regresaron al Arzobispado en Mërida donde se celebraría un comida.

De pronto, se dieron cuenta los 102 de la jugada. Nadie iba a estar en la mesa del Papa . Molestos comieron, y esperaron la siesta de Juan Pablo II, para ir a Xoclán, a 20 minutos de Mérida. Antes que el Papa, se levantará, los volvieron a subir a los 3 automóviles y a Xoclan. De nuevo vestirse y esperar al Papa. Al terminar, mientras, en olor a multitud el iba a la ciudad capital de YUcatán.

Los 102, de nuevo a los autobuses y al aeropuerto y a dormrir en México.

Toda esta historia, fué publicada por la Iglesia Mexicana, en la Revisa Proceso.

De ese tamaño.

15 días después, el autor estaba en un desayuno de los diputados en el Salón de Usos Múltiples de la residencia oficial de Los Pinos, cuando, Salinas inteligente y siniestro(hay que conocer su vida y la de su familia) hablaba a todos. Sabedor de que la noticia era si el bueno o no iba a ser Luis Donaldo Colosio, soltó: ” No se equiquen, va a ser Colosio”, lo que hizo que se oyera un murmullo, y en medio de él, el autor intersado no en lo de Colosio, escucho: ” Por cierto, el Papa Juan Pablo II, estuvo de acuerdo en que la muerte del Cardenal fue el enfrentamiento…..” que casi nadie escuchó.

¿ Como mataron a Colosio?, mañana.