Hace unos meses, uno de los presidentes más ofensivos, deleznable por su tono, “enviado por Dios” según se hermana mayor, Javier Millei, metió a la Argentina en el último tango de un país que no ha sabido por 100 años superar su crisis interna. Bastante poco respetado por sus sentimiento de superioridad como Uruguay, por no haberse mezclado con los indios y sentirse superiores con su sangre pura española a italiana, en el resto de la América morena. A los cuatro meses, peor que Macri, empezó a sacar en vuelos clandestinos lingotes de las reservas de oro de Argentina por casi 2,000 millones de dólares, tumbo a la City de Londres
Hace dos días hizo quebrar en horas a una criptomoneda que recomendaba y que en horas se derrumbo. 100 millones de dolares se esfumaron, mientras los 40,000 ambiciosos, claman al cielo.
Está siendo investigado. Depende del Congreso