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Juan Neira

LARGO DE CAFE

EL JAQUE DE CASCOS EN LA DERECHA

Sorpresa en la segunda votación para elegir presidente del Principado, Javier Fernández y Mercedes Fernández empataron a 14 votos. La ventaja del candidato socialista en el primer escrutinio (14 frente a 11) quedó contrarrestada por el cambio del sentido del voto de los tres diputados de Foro que abandonaron la abstención para respaldar a Cherines. Las espadas siguen en alto.
El grupo parlamentario de Foro, que se encuentra habitualmente aislado en la Cámara por la presión del bipartidismo, se ha convertido en el gran protagonista de la investidura al sorprender a propios y extraños aunando fuerzas con el PP. La jugada lleva el sello de Álvarez-Cascos. Es un movimiento arriesgado que tiene ventajas e inconvenientes. Empecemos por estos últimos.
NEGATIVO
Respaldar a Cherines va en contra de la trayectoria seguida por Foro desde 2011. La lucha entre los dos grupos del centro-derecha no conoció tregua desde hace cuatro años. Bien es cierto que en esta pendencia el trabajo sucio lo hizo el PP al mancomunar esfuerzos con el PSOE para derrotar al Gobierno de Cascos. Posteriormente dio oxígeno al Gobierno socialista para garantizarle un buen resultado en las urnas. Puede parecer irracional ese comportamiento, pero la estrategia establecía como principal objetivo acabar con Foro, luego ya habría tiempo de recuperar cuota electoral. Ahora Foro pasa unilateralmente de la lucha sin cuartel al respaldo. ¿Acepta la militancia ese cambio de la noche al día?
La decisión va en contra del mismo discurso de Cristina Coto en el debate de investidura, al criticar duramente el comportamiento del Gobierno de Mariano Rajoy con Asturias, un asunto sobre el que Mercedes Fernández pasó de puntillas. En el mismo discurso la portavoz de Foro le recordó a Cherines que en 2011 había 26 escaños del centro-derecha, pero el sectarismo del PP impidió que se visualizara esa mayoría en las instituciones. Cualquiera que haya seguido el debate de investidura no podría inferir que los diputados de Foro iban a respaldar la investidura de Mercedes Fernández.
Desde la perspectiva de los intereses de grupo, la convergencia entre PP y Foro se hace en el momento de más debilidad del partido de Cascos, cuando tiene poco más del 25% de los escaños del PP. Hasta hace un par de meses el liderazgo del centro-derecha correspondía a Foro. Las derechas forman bloque en el momento más idóneo para el PP, cuando ya está en condiciones de propiciar el abrazo del oso. En este punto no se puede obviar la campaña del último año del PP tratando de recuperar la militancia que se había ido detrás de Cascos.
Por último podríamos decir que la maniobra tiene mucho de efectista, porque las posibilidades del centro-derecha de hacerse con la Presidencia del Principado en la tercera votación son prácticamente inexistentes.
POSITIVO
Ahora bien, la jugada que efectuó Cascos en el tablero de ajedrez asturiano tiene también aspectos muy positivos. El más importante de todos es que por fin el centro-derecha actúa unido en la región y el mérito es de Foro. A Foro -y a Cascos especialmente- le correspondió el acierto de haber devuelto la ilusión al electorado no socialista, y tras cuatro años de hastío y desencanto recibe ahora una noticia positiva.
El movimiento supone un punto de inflexión en la relación entre los dos grupos, y eso también debe afectar a las relaciones de la dirección nacional del PP con Foro. La lógica indica que a partir de ahora se entra en una dinámica constructiva que tendrá su primera consecuencia en la práctica parlamentaria.
Foro mantuvo una línea muy coherente frente al Gobierno de Javier Fernández, con una crítica tan radical como acertada, basada continuamente en datos oficiales. Esa actuación le originó el aislamiento de la Cámara, porque en la política asturiana las verdades duelen.
La simpleza del slogan socialista, “La Asturias del Sí”, significaba eso: vamos a reírnos y a aplaudir, que se queden aislados con su rencor (verdad) los críticos del Gobierno (hace diez años, Berlusconi introdujo en una campaña electoral un mensaje muy parecido). El apoyo a la candidatura de Cherines rompe la maniobra del aislamiento.
Pasar de la guerra civil a la paz siempre da dividendos.
Resta por saber las compensaciones acordadas por tan significativo apoyo. En política no existen los gestos puramente altruistas, así que el PP tuvo que prometer determinadas contraprestaciones ¿Se habrán recogido en algún documento?
La derecha asturiana se había hecho humo en la noche electoral, y con el voto de los diputados de Foro vuelve a estado sólido. Catorce diputados son poca cosa, pero suponen una base para hacer política y levantar una alternativa. Hasta el grupo de los “neutrales” (los tres diputados de Ciudadanos) sabe que desde ahora hay a su derecha algo más que un coro de voces desafinadas.
SORPRESA
El jaque de Cascos ha pillado totalmente desprevenido a Javier Fernández que es un político que siempre trabaja con escenarios previsibles, cuando no interesadamente acomodaticios. Trató a prisa y corriendo de ganarse los votos de Podemos e IU, pero el tiempo perdido desde la noche electoral no se puede recuperar en una tarde de agobio. Verse abocado a una tercera votación tuvo que resultarle muy humillante.
El jaque de Cascos también tiene muchas repercusiones en la izquierda. Mañana hablaremos de ello.

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por JUAN NEIRA

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