PSOE e IU han llegado a un acuerdo programático que permitirá a Javier Fernández ser investido como presidente para un segundo mandato. En el documento se incluyen aspectos dolorosos para la dirección socialista, como una reforma electoral que potenciará el sentido proporcional del voto (la pérdida de algún diputado socialista con respecto el actual sistema de asignación de escaños), la renuncia a recurrir la sentencia que anula el plan de residuos del Principado (la incineradora queda aparcada) o una nueva comisión de investigación sobre las obras de ampliación de El Musel (el runrún de la corrupción en la Junta General del Principado en paralelo a las diligencias del sumario que hay abierto en la Audiencia Nacional sobre dicha obra). El máximo órgano de dirección de la FSA, el Comité Autonómico, tendrá que aprobar el programa compartido con IU. Es impensable que el citado comité rechace la propuesta aprobada por Javier Fernández y su equipo. En el caso de IU, el documento del acuerdo se someterá a la consulta de las bases de la organización. Se abre así un tenso interrogante que no se cerrará hasta la noche del próximo sábado cuando se haga el recuento de papeletas. No será la primera vez que la militancia de IU eche por tierra una decisión tomada por sus dirigentes. Miembros y simpatizantes de una fuerza política minoritaria tendrán en su mano la investidura de Javier Fernández.
Un escenario bien distinto del que imaginaba hasta hace unos días el líder socialista cuando todavía aspiraba a salir reelegido sin negociar con nadie, aupado por los catorce diputados de su propio grupo parlamentario. Al final, Javier Fernández tuvo que mojarse, asumir demandas que antes había rechazado y negociar a fondo con IU, descartando a otros grupos como Podemos y Ciudadanos. Un gran esfuerzo para quedar al final pendiente de lo que digan las bases de IU. Una situación un tanto rasposa.
Por su parte, Mercedes Fernández hace lo posible e imposible por recabar apoyos. Tras sentirse totalmente identificada con las propuestas de Ciudadanos, ahora manifiesta un “altísimo nivel de coincidencia” con las medidas de Podemos sobre regeneración democrática y lucha contra la corrupción. La misma Cherines que no quiso negociar con Podemos por tratarse de una nueva versión del comunismo radical, se muestra dispuesta a adherirse a las tesis de ese partido. Ya veo a Rajoy firmando el programa de gobierno de Iglesias.