Los dos nuevos partidos parlamentarios, Podemos y Ciudadanos, han confirmado que se abstendrán en la tercera votación de investidura a la que concurrirán como candidatos Javier Fernández y Mercedes Fernández. Esta decisión convierte al líder socialista en virtual presidente del Gobierno de la décima legislatura asturiana, al contar con el apoyo de los catorce parlamentarios socialistas y los cinco de IU. Cherines repetirá el resultado de la segunda votación, donde obtuvo catorce votos, gracias al respaldo de los escaños del PP y de Foro. El resultado final de las negociaciones resultaba previsible desde la noche electoral, pero no se pudo visualizar antes porque Javier Fernández se negó a negociar. IU repite una vez más como socio de los socialistas, aunque el acuerdo está inicialmente limitado a la sesión de investidura. La candidata del PP hizo todo lo que pudo por aumentar su base parlamentaria pero no encontró más aliados que los diputados de Foro. Ciudadanos anunció el primer día que se abstendría, luego rectificó, dando a entender que se estudiarían las propuestas de los candidatos, para terminar como empezó: absteniéndose. Cherines dijo que coincidía en todo con Ciudadanos, pero en este partido nunca estuvieron dispuestos a apoyarla. Otra cosa sería si la identidad de programas la hubiera proclamado Javier Fernández. En Podemos no llegaron a valorar la oferta de acuerdo del PP porque entraba en contradicción con la posición inicial de Cherines sobre el partido de Pablo Iglesias y con el planteamiento de Rajoy acerca de dicho grupo. En política las palabras estiran como el chicle, pero no hasta el punto de convertir el blanco en negro: las manifestaciones de Cherines compartiendo el programa electoral de Podemos causaron hilaridad.
Al final, Javier Fernández va a recoger tarde mal y nunca el fruto de una correlación de fuerzas en la Junta General del Principado que decantaron las urnas. En ningún momento hubo dudas sobre quién sería investido, pero faltaba saber cuándo lo lograría y con qué respaldo. Se puede hablar de una tardanza exagerada (dos meses) y una pobre base de apoyos (el aliado de siempre). Emilio León criticó a IU por dar su voto a Javier Fernández sin obtener garantías de que cumplirá sus promesas. La mayor garantía sería participar en el Gobierno, pero Gaspar Llamazares no se arriesga a llegar tan lejos. La legislatura nace llena de interrogantes.