Cuando falta poco más de una semana para terminar el curso escolar, los sectores de la educación que todavía no han llegado a un acuerdo con el Principado continúan con su programa de movilizaciones. Los docentes de la enseñanza concertada se manifestarán mañana por la calle Uría de Oviedo. En la concentración realizada en la Plaza de España llenaron el espacio urbano con sus camisetas naranjas. El viernes harán huelga las educadoras de la red de cero a tres años; será la segunda jornada de paros. El año pasado alcanzaron un acuerdo con el Principado; pese a las promesas no quedó resuelto el punto más conflictivo: la integración en la red de las trabajadoras de las escuelas municipales que no tienen su plaza consolidada.
Hay una diferencia entre las manifestaciones de las pasadas semanas y las que tendrán lugar los próximos días: el estado de ánimo de los docentes ha cambiado, hay un mayor optimismo. El nombramiento de Eva Ledo, como consejera de educación, abre una puerta a la esperanza. El presidente del Principado también puede sacar alguna conclusión: cuando nombra a las personas adecuadas para gestionar bienes o servicios públicos los ciudadanos responden positivamente.
Los cuatro ceses o dimisiones de consejeras (Melania Álvarez, Nieves Roqueñí, Belarmina Díaz, Lydia Espina) que hubo en los dos primeros años del presente mandato se podían haber evitado poniendo en esos puestos a personas que reunían las cualidades precisas para desempeñarlos.
A Eva Ledo hay que concederle el periodo de gracia de cien días, que tiene todo gobernante, antes de realizar valoraciones globales sobre su gestión. No obstante, me gustaría hacer una observación para evitar equívocos. Pese a toda la disposición que muestra la consejera para dialogar y negociar con todos los sectores de la educación, lo cierto es que le van a pedir cosas concretas; detrás de casi todas las reivindicaciones hay recursos humanos y materiales. Eva Ledo no va a poder hacer milagros.
No estamos en el siglo I. El presidente del Principado y el consejero de Hacienda van a tener que poner en sus manos recursos extraordinarios (a partir de enero de 2026) para que la consejera pueda establecer una hoja de ruta con los sectores que demandan mejoras. Los directores dimisionarios mostraron en una carta su apoyo a Eva Ledo. En ella hablaban de recuperar los apoyos, recursos y tiempos que habían mermado. Lo dicho, Ledo no podrá multiplicar panes y peces. Las necesidades de la educación emplazan a todo el Gobierno.