En la tercera reunión de la comisión de investigación sobre el accidente mortal de la mina de Cerredo (Degaña) surgieron discrepancias. Tocaba decidir qué personas serían llamadas a comparecer ante la comisión y la mayoría de izquierdas impidió que sean incluidos los miembros del actual Gobierno de coalición de la izquierda; los representantes del Ejecutivo asturiano también trataron de evitar que la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Sara Aagesen, fuese llamada a declarar.
Entiendo que el Gobierno asturiano trate de protegerse, por algo lucharon denodadamente hasta el último minuto para que no se formara la comisión de investigación, pero me parece una prueba de vasallaje que se intente impedir la presencia de la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, cuando fue la propia Sara Aagesen la que informó en el Senado que había remitido al Principado una denuncia sobre la extracción de carbón en la mina, unos días antes de la tragedia. Irrita que tengamos un Gobierno tan temeroso de molestar en La Moncloa, no vaya a ser que Bolaños o Montero descuelguen el teléfono.
Sí aceptó la mayoría de izquierdas que se presente ante la comisión el consejero de Ciencia, Industria y Empleo, Borja Sánchez, que no se hizo cargo de las competencias de Industria hasta tres semanas después del accidente citado. No creo que tenga mucho que aportar. Sin embargo, el rodillo de la izquierda impidió que el presidente del Principado se someta a las preguntas de los comisionados. Me parece un error político de bulto.
Adrián Barbón siguió en primera persona todo lo sucedido en el accidente, tomó decisiones sobre las vías de investigación, seguro que recibió informes y habló con muchas personas. A ello sumemos que participó en la dimisión o cese de la consejera Belarmina Díaz, a no ser que creamos en las versiones edulcoradas que siempre propala el Principado sobre los cambios de consejeros (consejeras). En la vida parlamentaria se pide su opinión sobre múltiples temas y resulta que ante el suceso más impactante que ha ocurrido siendo el presidente, donde la actuación de la Administración autonómica es fundamental, no tiene nada que decir. Mañana, por cualquier minucia de la vida diaria, sacará el Principado a relucir el discurso de la transparencia, pero ante los interrogantes que rodean la mayor tragedia minera en muchos años no procede conocer su testimonio. La izquierda coaligada cree que para responder por el Gobierno ya está Borja Sánchez.