Segunda reunión del PSOE con IU. Dos horas de diálogo sin disensos. Hablaron de las medidas que se deben aplicar para atender a las personas más necesitadas. En la jerga de Podemos se llama rescate ciudadano e IU, para diferenciarse, lo denomina rescate social. El discurso que subyace es que Rajoy salvó a los bancos y ahora la izquierda va a emplear los recursos para salvar a las personas. Todo muy lineal. Javier Fernández dijo sí a dar dinero para pagar la factura de electricidad, calefacción o suministro de agua de los asturianos que carezcan de medios de sustento; también aceptó paliar la pobreza infantil y resolver el “problema habitacional” –antes se llamaba el problema de la vivienda-. IU quiere reforzar el salario social y el candidato socialista siente la misma preocupación. Gaspar Llamazares y Manuel Orviz desean luchar contra los recortes en Sanidad y Educación, y el presidente en funciones está dispuesto a combatirlos aunque en el anterior mandato se dedicó a aplicarlos. Por último, las externalizaciones y privatizaciones de servicios públicos van a ser revertidas. Nada de concertar con los centros sanitarios privados. Es una pena que IU no haya incluido entre sus objetivos acabar con las listas de espera, así con una mano revertían los servicios y con la otra volvían a concertarlos. En resumen, IU hizo una serie de peticiones y el equipo negociador del PSOE dijo sí a todo, como ha hecho a lo largo de esta semana con los grupos de izquierda y de centro que ha hablado. Los socialistas conocen la clave de los pactos: para que dos interlocutores estén de acuerdo basta con que uno esté dispuesto a decir sí a todo.
En próximas reuniones, IU va a presentar sus medidas sobre regeneración democrática, lucha contra la corrupción, desarrollo económico y prioridades de Asturias. Yo pensaba que el rescate social era una prioridad, pero debe ser que distinguen entre prioridades de los asturianos y prioridades de Asturias.
Javier Fernández dice que en las negociaciones “el diablo está en los detalles”, pero yo creo que el asunto está encarrilado porque los socialistas han entendido que ahora se trata de contar con socios para garantizar la mayoría de investidura, luego llegará el momento de gestionar que es otra cosa muy distinta. Hace muchos años que los dirigentes del PSOE distinguen entre los discursos y la tarea de gobernar. IU se quejará de los incumplimientos. Todo está muy visto.