Antonio Pino y Justo Rodríguez Braga piden al nuevo Gobierno socialista que se ponga de inmediato a trabajar en torno a dos grandes objetivos, la mejora del empleo y los intereses generales de Asturias. Los máximos líderes sindicales de la región recuerdan que hay 93.000 parados en nuestra comunidad. Respecto a Francisco Blanco, nuevo consejero de Empleo, Industria y Turismo, los dirigentes sindicales de la rama de industria, Damián Manzano (CCOO) y Eduardo Donaire (UGT), valoran positivamente su nombramiento y quieren tratar con él asuntos candentes, como la tarifa eléctrica y los 54 despedidos de Santa Bárbara.
Las cúpulas de las dos grandes centrales sindicales siempre vieron con buenos ojos la formación de gobiernos socialistas o la creación de gobiernos de coalición de la izquierda. Otra valoración les mereció la llegada al poder de gobiernos de derecha, en las dos únicas ocasiones que cuajó esa alternativa. Digamos que los líderes de las dos centrales se mueven por criterios ideológicos, sin hacer un análisis realista en función de los resultados. Por ejemplo, la anterior legislatura fue terrible para Asturias en término de empleo y actividad económica, sin que los sindicatos alzaran la voz contra el presidente del Principado. La valoración que tienen de Rajoy es muy distinta, como corresponde a un presidente de derechas.
Tal como ha quedado reflejado en la última Encuesta de Población Activa, Asturias no se incorporó a la ola de creación de empleo que recorre España. Somos la única comunidad autónoma donde crece el paro y baja el número de trabajadores ocupados. Hay que tomar medidas urgentes como son los planes de empleo. Ahora bien, de esa forma se puede bajar la fiebre -algo nada desdeñable- aunque no se cura la enfermedad. El problema de la economía asturiana es de crecimiento, pero de eso Javier Fernández nunca dice nada y Gaspar Llamazares, tampoco. Cuando negociaron el acuerdo de investidura se abstuvieron de tratar la cuestión. Los sindicatos hablan de empleo y de paro, de concertación social, de despidos laborales, pero no se preguntan por qué razón está estancada la economía asturiana. Si PSOE, IU, UGT y CCOO, el bloque de izquierdas que tiene el poder en la región a lo largo de los últimos 35 años, no quieren encarar los problemas de fondo que explican la decadencia asturiana y se dedican únicamente a paliar algunos efectos, seremos el vagón de cola de España.