Recientemente el cantante Alejandro Sanz ha publicado una nota en la que reconoce no estar bien, estar triste y cansado, que es tanto como decir que se siente deprimido. Tiene mérito hacerlo público.
Alguien puede preguntarse ¿cómo una persona famosa y rica, sin problemas puede llegar a sentirse deprimido? Es fácil que eso ocurra aunque uno sea famoso y le vaya muy bien y cada vez más personas reconocen que no tienen grandes problemas pero no se sienten felices.
La depresión es un estado al que se llega después de un periodo más o menos largo de soportar una tensión o estrés grande por distintas razones y esto se puede pasar a cualquiera por muy poco o muy famoso que sea.
Esa tensión nos deja agotados y el agotamiento psicológico y físico nos conduce a un estado depresivo.
La tensión o el estrés pueden provenir de circunstancias o asuntos que hemos de resolver o hacerles frente, de la acumulación de tareas y obligaciones, de problemas que hemos de resolver que se nos van presentando pero también de nuestra forma de ser y tomarnos las cosas.
El caso es que la suma de ambas cosas, acumulada en el tiempo da como resultado el agotamiento, cuando no el síndrome del “quemado” y el resultado final es el estado depresivo por el que la desgana, la desmotivación, la falta de alegría, de ilusión y de ánimos se instalan en nosotros y a veces se llega incluso a odiar trabajos que nos encanta hacer.
Es en ese momento cuando no debemos permitir que se nos hunda el ánimo y nos deje sin fuerzas para la lucha diaria. Es el momento de acudir al profesional que nos diga qué “averías” tenemos y cómo resolverlas.
No soy muy partidario de resolverlas a base de fármacos, aunque estos pueden ser necesarios, sobre todo cuando se pierde el sueño y el descanso de forma alarmante.
Soy mas partidario de que se acuda al psicólogo clínico que se supone que es experto en sacarnos a flote. Y la buena noticia es que en poco tiempo, en cuestión de muy pocas semanas se encontrará el alivio deseado. ¿No vamos al mecánico cuando se nos avería el automóvil? El mecánico de la mente, del comportamiento, pero también en parte del cuerpo es el psicólogo clínico. No hay que esperar a perder la ilusión, pero si se pierde, de inmediato mejor es recurrir y ahorrarse sufrimiento.